Austin Lacey, un joven de 13 años de California, decidió disfrazarse de Elsa de Frozen para una fiesta de disfraces de su instituto cuya temática era Disney. La elección de Austin fue un éxito entre sus compañeros, que se divirtieron y fotografiaron con él. Otra opinión tuvieron los profesores y el director del centro, que intervinieron para que el joven se quitara su disfraz por ser “inapropiado”. Aunque lo verdaderamente inapropiado es que alguien se tome tan en serio un simple baile de disfraces.
La madre de Lacey ha declarado que “tras la fiesta se me informó de que el director no cree que los niños deban estar vestidos como chicas”. Lamentablemente, esta es una muestra más de la intolerancia que predomina en una sociedad demasiado conservadora.