Rudolf Nureyev
(1938-1993)
Nureyev fue uno de los bailarines más célebres del siglo XX, y redefinió el papel de los hombres en el ballet (que habían ocupado hasta entonces papeles secundarios a las bailarinas).
El bailarín rebelde desertó a EE UU en 1961, a pesar de los esfuerzos del KGB soviético para evitarlo. Mantuvo una relación con el famoso bailarín danés de 25 años Erik Bruhn hasta la muerte de este, en 1986. Nureyev dio positivo por VIH en 1984, y murió en 1993.
Vaslav Nijinsky
(1890-1950)
Está considerado el bailarín más grande del siglo XX. Nijinsky, que era bisexual, ganó el reconocimiento internacional tras unirse a los Ballets Russes, fundados por Sergei Diaghilev. Nijinsky y Diaghilev se hicieron amantes, pero cuando el bailarín se casó en 1913 fue expulsado de la compañía.
Era un personaje controvertido en Rusia, que estableció los límites de lo que era admisible en el ballet, incluyendo referencias a la homosexualidad y a la masturbación. La vida posterior de Nijinsky estuvo dominada por la lucha contra la esquizofrenia, y pasó mucho tiempo en hospitales y asilos hasta su muerte en 1950.
Alvin Ailey
(1931-1989)
La aportación de Alvin Ailey a la danza moderna fue notable por sus espíritu precursor en el paisaje norteamericano de las artes al mezclar el ballet clásico con raíces africanas. Entre sus logros se anota la creación de la compañía Alvin Ailey American Dance Theater, compuesta principalmente por bailarines de etnia afroaméricana.
Ailey fue consciente de su atracción hacia el sexo masculino a una edad temprana, y su atlético físico le salvó de sufrir acoso. Sin embargo, su homosexualidad fue uno de sus grandes conflictos internos. Aunque su condición era un secreto a voces, pocas veces hablaba de sus relaciones personales, no parecía sentirse a gusto con su sexualidad.
Mantuvo varias relaciones sentimentales, sin embargo, en el último tramo de su vida prefirió saltar de relación en relación con jóvenes que se aprovecharon de su generosidad. Alvin sufría un trastorno bipolar que fue agravándose con el tiempo, igual que sus problemas con la bebida y las drogas. Finalmente, contrajo sida y murió el 1 de diciembre de 1989.
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Merce Cunningham
(1919-2009)
El bailarín y coreógrafo estadounidense contribuyó, junto a su pareja, el compositor John Cage, a la danza moderna en varios aspectos claves. Introdujo nuevas formas de narrativa, aplicó las convenciones del ballet clásico a las actividades cotidianas, reimaginó el uso del espacio de baile en el escenario. Además, integró las nuevas tecnologías en su trabajo.
Junto a sus amigos cercanos, los pintores Robert Rauschenberg y Jaspers Johns, Cunningham, Cage y otros jóvenes artistas homosexuales afines definieron la escena creativa alternativa de Nueva York en la década de los 50, que sería parte esencial del desarrollo de lo que se conocería como post-modernismo.
La relación personal y profesional de inspiración entre Merce Cunningham y John Cage se prolongó durante 54 años, hasta la muerte de Cage en 1992. A pesar de que pasó sus últimos años en silla de ruedas, continuó su trabajo hasta que murió en su casa, el 26 de julio de 2009, a los 90 años de edad.
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Sergei Diaghilev
(1872-1929)
Patrón de las artes y fundador de los Ballets Russes, descubrió grandes talentos como el de Nijinsky, que fue su amante durante un tiempo.
Diaghilev era abiertamente homosexual, y fue descrito por el compositor Nicolas Nabokov como “quizás el primer gran homosexual que se impuso y fue aceptado como tal por la sociedad”.
Sin embargo, esta aceptación no fue total. La relación que mantuvo con Nijinsky enfureció a los sectores conservadores de Moscú, y dio lugar a la retirada de financiación del zar para su compañía, y en última instancia, a la salida permanente de Diaghilev de Rusia.