Trabajar en la sección del tiempo de un telediario tiene sus dificultades. Fallar en las previsiones, fastidiar el plan perfecto para el fin de semana de los espectadores con un diagnóstico de lluvia o anunciar olas de frío y de calor que ponen de un humor de perros a los televidentes… Luego tenemos las trolleadas de las masas de aire que ponen en aprietos, en más de una ocasión,a los presentadores del tiempo, y si no que se lo pregunten a nuestros protagonistas.