Ángela Molina: “El teatro está mal remunerado”

No es Ángela Molina una actriz que se prodigue sobre los escenarios. Han pasado más de diez años desde su papel de la señora Robinson en la adaptación de El graduado y apenas encontramos en su carrera desde entonces un par de montajes. Pocos, pero escogidos: un Ibsen adaptado por Susan Sontag que interpretó a […]

5 mayo, 2016
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No es Ángela Molina una actriz que se prodigue sobre los escenarios. Han pasado más de diez años desde su papel de la señora Robinson en la adaptación de El graduado y apenas encontramos en su carrera desde entonces un par de montajes. Pocos, pero escogidos: un Ibsen adaptado por Susan Sontag que interpretó a las órdenes de Robert Wilson, y La hija del regimiento, ópera de Donizetti que representó en 2014 en el Teatro Real de Madrid junto al tenor Javier Camarena.

Su carrera ha girado siempre en torno al cine y, más recientemente, la televisión (Velvet), así que su participación en César & Cleopatra, obra de Emilio Hernández que llega ahora al Teatro Bellas Artes de Madrid tras su paso por Barcelona, no deja de ser un pequeño acontecimiento a celebrar.

La actriz, mito erótico para más de una generación, se ha dejado tentar ahora –y por fin– por la erótica del poder y los escenarios con un atípico montaje estrenado en la pasada edición del Festival de Teatro Clásico de Mérida –que la actriz ya había visitado con Troya, siglo XXI–.

Ángela Molina: “El teatro está mal remunerado”

César & Cleopatra coloca frente a frente y en un limbo atemporal a dos históricos titanes que compartieron pasiones y objetivos militares. A un lado del ring de combate, Julio César, al que da vida Emilio Gutiérrez Caba; y al otro, Cleopatra, interpretada por una Ángela Molina enfundada en un ceñido vestido azul y que transita entre lo real y lo eterno.

No es esta una tragedia clásica. Han pasado más de dos mil años, pero como si fueran dos personajes mitológicos, estos dos amantes –e hitos del poder– vuelven a encontrarse para recordar e ironizar sobre lo que vivieron, los hechos históricos y políticos que propiciaron y lo que han visto suceder en el mundo desde que abandonaron la faz de la tierra. Y entre reproches, ironías y bailes, la función avanza como un juego de seducción y una reflexión sobre el poder y la corrupción.

Dirige Magüi Mira y completan el reparto Carolina Yuste y Ernesto Arias, que interpretan las versiones rejuvenecidas de estos dos mitos.

Ángela Molina: “El teatro está mal remunerado”

SHANGAY ⇒ ¿Por qué te hemos visto tan poco en el teatro?
ÁNGELA MOLINA
⇒ Porque he estado trabajando sin parar y me compensaba más seguir en lo mío, que siempre ha sido más el cine. Nunca podía concederle más espacio al teatro. Exige mucha entrega y está siempre mal remunerado, y yo tenía que tirar para adelante, que tengo muchos hijos. Pero lo había dejado relegado con la esperanza de retomarlo algún día. En la vida, todo es un poco así, cuando tiene que ser su momento, es.

SHANGAY ⇒ ¿No tiene que ver con que te ofrecieran proyectos poco interesantes?
ÁNGELA MOLINA
 ⇒ Al contrario, desde el principio de mi carrera siempre me llegaron buenas propuestas, como Lluís Pasqual que me ofreció en su día El público, o José Luis Gómez que me ofreció ¡Ay, Carmela! Todos los proyectos teatrales más relevantes, bellos y potentes pasaron por mis manos en esa época. Y pudo haber sido precioso, pero yo ya estaba trabajando en cine con gente interesantísima que me seducía mucho más y no podía decirles que no.

SHANGAY ⇒ ¿Ha cambiado ese interés por el teatro en los últimos años?
ÁNGELA MOLINA
 ⇒ Sí, y como he hecho tan pocas cosas en teatro, me las sé de memoria. Yo empecé haciendo Troya, siglo XXI, que nos autodirigimos todos los actores. Luego me pilló Andrés Lima para El graduado y lo disfruté muchísimo con mi hija Olivia. Más tarde vino Bob Wilson con La dama del mar, y lo último fue La hija del regimiento en el Real, una producción francesa. Fue magnífico y muy interesante participar como actriz dentro de un montaje operístico, con todas las palabras marcadas por el ritmo.


“TODOS LOS PROYECTOS TEATRALES RELEVANTES, BELLOS Y POTENTES PASARON POR MIS MANOS AL PRINCIPIO DE MI CARRERA”


SHANGAY ⇒ Para lo corta que es tu trayectoria teatral, has visitado dos veces el Festival de Teatro Clásico de Mérida…
ÁNGELA MOLINA
 ⇒ Y pocas veces en la vida se tiene esa oportunidad. El teatro romano de Mérida arrastra la cultura de los tiempos y estar bajo las estrellas y al lado de la luna, que te crees que puedes tocarla con la mano, recitando textos tan bonitos te permite disfrutar del privilegio del origen. El teatro se respira, se vive y se sueña de otra manera en esos espacios.

SHANGAY ⇒ ¿Cómo te convenció Magüi Mira para César & Cleopatra?
ÁNGELA MOLINA
 ⇒ Yo era muy amiga de su hermano Carlos Mira, director de cine con el que trabajé y al que quería muchísimo desde que nos conocimos con 17 años. Era incondicional de Carlos, pero murió joven. No conocía a Magüi, pero en honor a la memoria de Carlos, tenía ganas de trabajar con ella. Y así fue.


“ME DIVIERTE QUE CLEOPATRA NO SE TOME MUY EN SERIO”


SHANGAY ⇒ ¿Qué es lo que más te interesó de Cleopatra?
ÁNGELA MOLINA 
⇒ Interpretar a un personaje que ha atravesado los tiempos como un mito con tantas informaciones contradictorias. Al final, uno no sabe a qué atenerse con Cleopatra y tiene que hacer acopio de instinto para concebir lo que tú supones que esa persona ha pasado en su vida. En el texto de Emilio Hernández, los momentos históricos más relevantes están, pero Cleopatra se ríe bastante de sus enmiendas y da mucho juego. Me divierte que no se tome muy en serio.

SHANGAY ⇒ La obra es una reflexión sobre la corrupción y las ansias de poder. ¿Ves paralelismos con la política actual?
ÁNGELA MOLINA
 ⇒ Sí, parece que no hemos cambiado mucho. Siempre nos ocurre lo mismo: pensamos que la maldad se puede erradicar con más mal, y ni en mil años hemos aprendido la lección. Hay muchas cuestiones soterradas, políticas y filosóficas, que se plantean.

SHANGAY ⇒ ¿Te has topado con gente igual de ambiciosa en tu carrera?
ÁNGELA MOLINA
 ⇒ Algunos un poco maquiavélicos sí que me he encontrado, pero no les he prestado mucha atención. Procuro ver otros lados que me gustan más.

Ángela Molina: “El teatro está mal remunerado”

SHANGAY ⇒ Interpretas a Cleopatra, la eterna seductora. ¿Tú eres consciente de haber sido un mito erótico para varias generaciones?
ÁNGELA MOLINA
 ⇒ Sí, pero desde mi inocencia. Creo que he tenido un sano criterio y que he elegido siempre los proyectos que me parecían socialmente más convenientes e interesantes. Yo pensaba: si a mí me gusta, a los demás creo que les va a interesar. No he hecho nada en lo que no me sintiera implicada. Desde el primer momento me sentí ajena al movimiento del destape, nunca me metí ni me interesó, no tenía nada que ver conmigo. Me libré de una manera bastante sana y sin esfuerzo porque no me identificaba. En el caso de Cleopatra, me pasa lo mismo. Como ya nos la encontramos en la eternidad, toda esa fase de esplendor de juventud y de seductora vil se la dejo a Carolina Yuste, que la interpreta de joven. Si no, a mis 60 años sería un despropósito interpretar esa faceta seductora.


“ME SENTÍ AJENA AL DESTAPE, NUNCA ME METÍ NI ME INTERESÓ, NO TENÍA NADA QUE VER CONMIGO”


SHANGAY ⇒ ¿No exageras un poco?
ÁNGELA MOLINA
 ⇒ No, ya te lo digo yo, que soy una abuela abuelísima. Pero es divertido saber que en esos aspectos Cleopatra es capaz de reflexionar y reírse de sí misma y, sobre todo, recordarle a César que detrás de su imagen seductora siempre había una estrategia política por el bien de su pueblo.

SHANGAY ⇒ Pero en escena sí que luces tipo con un vestido ceñido.
ÁNGELA MOLINA
 ⇒ Pero eso no tiene ningún mérito porque yo soy igual que mi abuela, que era menudita.


“NO ME OBSESIONA PARECER MÁS JOVEN PORQUE SOY MUY REALISTA. NO ME GUSTA DESVIRTUAR LA REALIDAD”


SHANGAY ⇒ A diferencia de otras actrices de tu generación, no disimulas tu edad ni tus canas, no te obsesiona parecer más joven. ¿Te ves diferente en eso?
ÁNGELA MOLINA
 ⇒ No me obsesiona porque soy muy realista. A mí me gusta lo real, lo que somos y la vida como es: los jóvenes porque son jóvenes y los mayores porque lo somos. En la vida y en el trabajo me gusta recrear y fantasear, pero no desvirtuar la realidad.

SHANGAY ⇒ No te preocupan las arrugas, entonces.
ÁNGELA MOLINA
 ⇒ ¿Qué tipo de preocupación voy a tener por mis arrugas? ¿A ti te preocupan las tuyas? [risas] Ya sé que tú ni tienes, pero intuyo que el día que las tengas tampoco te van a precupar mucho.

SHANGAY ⇒ ¿Nunca te han tentado los retoques estéticos?
ÁNGELA MOLINA
 ⇒ La verdad es que no son temas de conversación que desarrolle porque no me interesan, como no lo ejerzo…

Ángela Molina: “El teatro está mal remunerado”

SHANGAY ⇒ En la función también cantas. ¿Es una buena oportunidad para reencontrarnos con tu faceta musical?
ÁNGELA MOLINA
 ⇒ No lo había pensado así. Hay sobre todo un tema de Haendel que cantamos al principio, pero es verdad que esta Cleopatra es muy cantarina, le gusta mucho canturrear todo el rato.


«ESTOY MUY ORGULLOSA Y ENAMORADA DE TODOS LOS SERES CON LOS QUE HE TRABAJADO Y QUE ME HAN DADO LO MEJOR DE SÍ MISMOS»


SHANGAY ⇒ ¿Qué tal el reencuentro con Emilio Gutiérrez Caba?
ÁNGELA MOLINA
 ⇒ Emilio y yo hemos hecho de marido y mujer muchas veces, somos muy brothers y compartimos muchas afinidades. Nos lo pasamos muy bien trabajando y tengo una confianza divina con él en muchos sentidos.

SHANGAY ⇒ En esta obra, Cleopatra reflexiona sobre su vida. ¿Te ha dado por hacer lo mismo con tu carrera?
ÁNGELA MOLINA
 ⇒ Yo estoy muy orgullosa y enamorada de todos los seres con los que he trabajado, con los que he compartido mi vida y mi carrera y que me han dado lo mejor de sí mismos. Y como soy un poco nostálgica, a muchos de ellos sí que los echo de menos.

 

LA OBRA CÉSAR & CLEOPATRA SE REPRESENTA EN EL TEATRO BELLAS ARTES (C/MARQUÉS DE CASA RIERA, 2) DE MADRID HASTA EL 5 DE JUNIO.

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