Boda gay en el centro de inmigrantes de Melilla

Hace unas semanas nos hicimos eco de la ola de refugiados homosexuales que se cobijan en el Centros de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla, provenientes de países en donde la legislación en favor de los derechos LGTB es prácticamente nula. Dentro del CETI se ha desarrollado una de esas historias que te tocan […]

12 mayo, 2016
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Boda gay en el centro de inmigrantes de Melilla

Hace unas semanas nos hicimos eco de la ola de refugiados homosexuales que se cobijan en el Centros de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla, provenientes de países en donde la legislación en favor de los derechos LGTB es prácticamente nula.

Dentro del CETI se ha desarrollado una de esas historias que te tocan inevitablemente el corazón. Y es que el amor no entiende de fronteras ni de situaciones límites. Si no que se lo pregunten a Annouar y su chico rifeño, Mohamed (nombre ficticio que utiliza para preservar su privacidad), los cuales van a efectuar la primera boda gay en el CETI melillense. “No tengo problema y voy a hacer una gran fiesta en el CETI el día que me case”, explica Annouar.

Aunque todavía no tienen el estatus oficial de refugiado, ya han iniciado los trámites para contraer matrimonio. Ambos tienen 26 años y han huido de las constantes persecuciones y vejaciones sufridas en sus lugares de origen.

“Será una boda para que todo el mundo pueda participar. Todos sabrán que nos hemos casado y así animaremos a los homosexuales a que cambien su mentalidad. Porque todos tienen miedo”. No es solo la unión de amor de dos individuos sino también un acto de concienciación para el resto de sus compañeros homosexuales, reprimidos y atemorizados por declararse abiertamente gays.

Mohamed fue expulsado del seno familiar tras descubrir estos en su Facebook que mantenía una relación sentimental con Annouar. Ante esta situación, ambos decidieron viajar a Melilla y pedir asilo en enero.

“No queremos ser solamente una pareja esporádica, sino pasar la vida juntos. Eso es lo que significa para mí el matrimonio”, explicaba Annouar. Tomaron la decisión hace dos meses y solo les hace falta la partida de nacimiento de Mohamed, el cual tendrá que regresar a Marruecos a recogerla, ya que ambos están empadronados en el CETI y el Registro Civil ya ha emitido sus certificados de soltería.

Para ellos y muchos otros refugiados homosexuales, España es la tierra prometida. Un lugar donde poder ser libre sin el acoso y derribo de la legislación imperante. Todo lo contrario que Argelia o Marruecos, donde les pegan e insultan mencionando, al mismo tiempo, versículos coránicos referidos a Sodoma y Gomorra. “Dios me creó así, con mis deseos, para vivir así. No puedo cambiarlo. ¿Por qué nos creó así? ¿Para vivir en el sufrimiento?”.

Ahora, Annouar está muy feliz con su pareja e ilusionado con la ceremonia que se avecina. Deja atrás una vida de constante sufrimiento para intentar llevaruna más tranquila. “Estoy seguro de que en España podré vivir tranquilo”.

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