“Hoy se inicia un capítulo en mi vida lleno de esperanza para mí y para otros que han sufrido heridas genitales, particularmente para miembros de las Fuerzas Armadas que ponen su vida en riesgo y sufren este tipo de daños”. Estas fueron las palabras de Thomas Manning, de 64 años, tras ser el primer estadounidense y la segunda persona en el mundo en recibir un trasplante de pene.
La intervención quirúrgica tuvo lugar en el Hospital General de Massachusetts de forma exitosa, abriendo así una puerta al optimismo de muchos otros hombres que hayan perdido su órgano reproductor debido a una explosión en combate, como en el caso de muchos veteranos norteamericanos, o debido a enfermedades como el cáncer que sufrió Manning en 2012 y que le dejó también secuelas emocionales.
15 horas fueron necesarias para llevar a cabo la operación que reconstruyó el miembro de Thomas a través del pene de un donante fallecido. Los doctores del hospital tardaron más de tres años en diseñar la operación con la ayuda de un equipo de urólogos, cirujanos, psicólogos y expertos en infecciones. Estiman que el porcentaje de rechazo de este trasplante en el primer año se sitúa entre el 8 y el 16%.
“Quiere salir de las sombras y volver a sentirse un hombre completo… La pérdida de los genitales puede ser devastadora para la identidad y la masculinidad del individuo”, ha explicado el equipo médico, que destaca el buen estado en el que se encuentra Manning tras la intervención.
Se espera que este tipo de intervenciones se normalice en el futuro y se conviertan en una segunda oportunidad para aquellos hombres que por diversos motivos hayan perdido por completo o en parte su miembro viril.