Niño de Elche: “Tengo mi parte de mamarracha”

• No deja de acaparar premios y reconocimientos Voces del extremo ha supuesto un antes y un después en la carrera de Niño de Elche. Este inquieto artista multidisciplinar, músico, poeta y performer, musicó textos de poetas contemporáneos como Antonio Orihuela, Bernardo Santos, Inma Luna y Begoña Abad fusionando flamenco, kraut rock y new wave. […]

Agustín Gómez Cascales

Agustín Gómez Cascales

He viajado en limusina con Mariah, he tomado el té con Beyoncé, he salido de fiesta con J.Lo y he pinchado con RuPaul. ¿Qué será lo próximo?

18 mayo, 2016
Se lee en 11 minutos

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Niño de Elche: “Tengo mi parte de mamarracha”

• No deja de acaparar premios y reconocimientos

Voces del extremo ha supuesto un antes y un después en la carrera de Niño de Elche. Este inquieto artista multidisciplinar, músico, poeta y performer, musicó textos de poetas contemporáneos como Antonio Orihuela, Bernardo Santos, Inma Luna y Begoña Abad fusionando flamenco, kraut rock y new wave. Algo nunca oído y que, a pesar de ser una propuesta de vocación a todas luces minoritaria, se ha convertido en la llave que le ha abierto las puertas a un público más amplio y diverso del que podía imaginar.

Un proyecto que le permitió actuar, por ejemplo, en Sónar el año pasado con un éxito incontestable, y que le valió el primer Premio Ruido que ha concedido este año la Asociación de Periodistas Musicales al mejor disco nacional de 2015. “Estoy muy contento. Hace un año no me hacían ni caso, ni era lo que buscaba, y ahora de repente es todo lo contrario. No me molesta, pero esta situación requiere mucha energía, demasiada. A veces es too much…”. Ha llegado al punto de convertirse en icono de la modernidad, y no sabe cómo. “Hay cosas que no tienen explicación, y esta es una de ellas. ¿Por qué en este momento? Creo que porque ha cambiado la manera de escuchar, y no solo la música”.

• Raro, raro, raro

Que es un outsider es evidente. Y que se lo han hecho sentir en más de una ocasión, un hecho. “En el mundo del flamenco sí me hicieron sentir que era raro. Por eso empecé a juntarme con gente más rara que yo, así que no me sentía tan especial”. Se ríe al afirmarlo, y es que lo cierto es que otra de sus armas es un sentido del humor y una ironía fina que despliega principalmente en sus conciertos.

Aunque enseguida se pone serio al hablar de cómo se enfrentaba a esos juicios de quienes no entendían que fuera un artista tan poco ortodoxo. “Todos buscamos un colectivo común, buscas relacionarte con gente afín. Cuando sales de esa burbuja es cuando te das una hostia. Por eso no he sentido necesidad de salir de esa burbuja, porque estoy muy a gusto en ella”.


“En el mundo del flamenco me hicieron sentir que era raro. Por eso empecé a juntarme con gente más rara que yo”


Niño de Elche: “Tengo mi parte de mamarracha”

• De Elche al mundo, vía Sevilla

¿Qué hacía alguien como él en Elche? Pues ver cuándo salir de allí. “Me fui a los 18 años, bueno, no sé si me fui o me echaron. Alicante y su Vega Baja son zonas conservadoras al máximo, y ganar un concurso de cante fue decisivo para que mis padres me dejaran salir de casa. Sentía la necesidad de cantar y tenía que hacerlo fuera de allí”. Se marchó a vivir a Sevilla para intentar hacer realidad lo que llama su “sueño americano-andaluz”. Sí, quería ser una estrella, lo reconoce. “Duré nueve meses”.

Se trasladó entonces a Barcelona, volvió a Elche y hace nueve años volvió a instalarse en Sevilla, aunque la pisa poco. “Por eso estoy allí, probablemente, porque casi nunca estoy. Es una ciudad que también carga bastante. Pero vivo muy cómodo en La Alameda. Mola Sevilla, tiene su encanto, pero a veces te das de hostias con ella, de lo clásica que es. Me sigo sintiendo un turista allí”.

• Alma de provocador, iconoclasta a su pesar

Niño de Elche le planta cara a los reductos conservadores con su arte, los desafía con cada nuevo proyecto. Aunque asegura no ser muy consciente de ello. “Algo de provocación sí había en mis primeros momentos, pero ya no lo vivo así. Todo lo que hago es por necesidad, para poder respirar y enfrentarme a determinadas cosas”. Y razona por qué no se siente un iconoclasta, aunque haya mucha gente que le vea como tal. “El primer paso de la iconoclastia es darle poder al de enfrente, y yo a la tradición no le otorgo poder, para mí no lo tiene. No intento destruir la tradición; me pertenece, como a todos, y la utilizo como quiero, porque no tiene copyright… aún”. También ha hecho mucha performance con fuerte carga reivindicativa, y acepta que eso contribuye a que se le vea como un provocador.

Su contacto con el mundo del flamenco más tradicional duró muy poco, porque a él no le interesaba echarle un pulso. “El principal desafío lo tengo conmigo mismo”, asegura. “En el momento en que hice un poco de fuerza en ese mundo y vi que no respondían, lo dejé; no necesito a la gente que hay ahí, me importa tres pepinos ese mundo. ¿Qué iba a intentar, reformarlo? ¿Intentar que fueran mis iguales cuando no es así? Es absurdo. No soy de intentar integrarme en círculos que no me llaman la atención”.


“No practico el sadomasoquismo. Lo he intentado, pero creo que aún no es el momento”


Niño de Elche: “Tengo mi parte de mamarracha”

• El arte como herramienta de aprendizaje

Como tantos artistas, utiliza la creación como terapia. Este amante arrebatado de la poesía, el flamenco y la electrónica, elementos clave de su arte, asegura que algunas de las ideas que trabaja en sus distintos proyectos las traslada después a su vida, y ese trasvase le ha ayudado a adquirir otra perspectiva sobre su físico o cuestiones de género. “Cuando vas colaborando con tanta gente diferente, surgen interrogantes que en tu zona de confort no atraerías”.

Asegura que su primer gran reto artístico le ayudó a trabajar cuestiones relacionadas con su aspecto físico a las que hasta entonces no se había enfrentado. “Venía de un mundo tan conservador en cuanto a estética como el flamenco y decidí hacer una performance sobre Francis Bacon, con todo lo que conlleva su discurso. Me ahorré tres años de psicólogo”, confiesa entre risas. En ella incluyó Canción de amor de San Sebastián, en la que musicó un poema de T.S. Eliot. “Narra una relación homosexual masoquista, es un tema súper destroyer. No especialmente autobiográfico, por lo que explica. “No practico el sadomasoquismo. Lo he intentado, pero creo que aún no es el momento. Cantando sobre él llego al éxtasis, pero solo cantando”.

Las cuestiones de género las va teniendo cada vez más presentes. “No solo por mi inquietud, sino también por la gente que me rodea. Antes no trabajaba ideas de la teoría queer porque no la conocía… Un comentario del performer Miguel Belloch a mi performance de Francis Bacon me abrió los ojos. Como las charlas con mi amigo Paul B. Preciado, antes Beatriz Preciado”.

Cita a Anohni como un gran referente para él, y recuerda como curiosidad una ocasión en la que actuó nada menos que el Guadalkibear, un encuentro de osos, en Sevilla, en 2011. “Mi amigo David, el encargado del Men 2 Men en Sevilla, lo organiza, y me comentó que iba a montar un espectáculo llamado Hombre a hombre. Suena un poco a Falete, ¿no? Aunque a mí Falete no me interesa nada. Fue tremendo, éramos dos cantaores [David Bastidas y él], esta cosa de dos osos, mirándonos…, con un bailaor y un guitarrista, dirigidos por Antonio Naharro. Después lo hicimos en el festival de cine gay de Bilbao, y ya nunca más, me puse con otras cosas”.

Niño de Elche: “Tengo mi parte de mamarracha”

 • Una sexualidad abierta a la interpretación

Su interés por la teoría queer o su participación en eventos como el Gualdalkibear dan pistas sobre su postura ante la sexualidad, aunque no es una cuestión que se le plantee a Niño de Elche normalmente en entrevistas. Con tono pícaro, afirma: “Quien tiene curiosidad, me pregunta en privado después de entrevistarme, o me escribe. Eso ya tiene que ver con el mundo nocturno…”.

Igual que lucha contra que se utilicen ciertas etiquetas para definir su música (“porque crean prejuicios”), tampoco las quiere para que se le defina en función de su sexualidad. “La teoría queer me ha ayudado mucho en ese sentido. Una etiqueta nunca es fiel a las acciones, es absurdo utilizarlas. Y en cuanto a prácticas sexuales, hablar de gay, bisexual… Quien tenga la necesidad, que se defina así, a mí no me ha hecho falta hacerlo. Autodefinirse muchas veces es imposible”.


“Hablar de gay, bisexual… Quien tenga la necesidad, que se defina así, a mí no me ha hecho falta autofedinirme”


Niño de Elche: “Tengo mi parte de mamarracha”

Niño de Elche no ve la vida en blanco y negro, sino que explora constantemente los distintos tonos grisáceos que la enriquecen. Y plantea: “Si soy gay, cuando mantengo relaciones con una mujer, ¿qué soy? Cuando masturbo a un hombre pero a la vez una mujer me hace una felación, ¿qué soy? Y si me acuesto con un trans, ¿dónde te colocas? En el mundo en que utilizas una etiqueta, trazas una línea que no tiene que ver con cómo yo vivo mi vida”. Aunque tampoco dice de esta agua no beberé. “A lo mejor, dentro de unos años, si tengo una pareja estable me establezco en una etiqueta”. De momento, por lo que dice, el adjetivo que mejor le define sexualmente es “aleatorio”. ¿Y parejas estables ha tenido? “Nunca”.

• ¿Loca del coño?

Hace unos meses, Niño de Elche actuó en Casa Patas, templo del flamenco madrileño, y utilizó una camiseta que rezaba “Loca del coño”. ¿Una simple provocación? No, y no es la primera vez que tenía claro que su camiseta puede tener un sentido más allá del obvio. “Se han convertido en parte del espectáculo. Las camisetas las veo como parte de mi piel, y lo que pone en la camiseta va a misa”.

Verle en directo es siempre un show, porque sorprende cómo rompe la intensidad de sus canciones con sus bromas y monólogos. Es un cachondo, y no lo suele ocultar, porque todo lo que hace sobre el escenario tiene un sentido para él. “Los textos, las camisetas, el gesto, la mirada, si hablo en femenino… todo tiene su importancia y lleva algo de ti implícito”. Igual que cuando se presentó a un concurso de tarantas en Linares, con 19 años, cantó una soleá llamada Soleá del amor prohibido, con textos de Manuel Gerena y Nach. “Canté ‘Antonio y Manuel se aman entre los pinos del monte, viven en la libertad y su amor no lo esconden’, ¡imagínate lo que fue hacerlo en un concurso así!”.

Le llamaron hace poco “icono de lo guay”, y no acababa de entenderlo. “¿Qué es lo guay? Icono de lo gay lo entendería, lo otro no”. Y se alegra de que en sus conciertos se congregue un público muy variopinto. “Poder hacer conciertos con total libertad de expresión, de temas, de ironía es lo que más agradezco. Si los que vienen son modernos y hipsters, bienvenidos sean”.


“Hacer conciertos con total libertad de expresión es lo que más agradezco”


• Con ganas de bailar

Cuenta que está cada vez más interesado por la música de baile, y que la piensa cultivar más en el futuro. “Hay colaboraciones a la vista que pueden ser muy interesantes”, aunque prefiere no desvelar aún el nombre de esos posibles colaboradores. “La idea del sentido político del baile me gusta mucho”. Es algo que quiere empezar a explorar a fondo. “Me gustaría que se pudiera bailar algo mío en las pistas. Hasta ahora he trabajado la electrónica desde algo más conceptual, y me interesa ver qué puedo hacer con la electrónica considerada light y amable”. El caso es romper con la idea que se tiene de él. “¿Que me consideráis un intelectualoide y un intenso? Pues también tengo mi parte de mamarracha, y no pasa nada”.


FOTOS miguelangelfernandez.net


NIÑO DE ELCHE PRESENTA EL 18 DE MAYO EL CONCIERTO ANIMAL NÚMERO, EN EL MARCO DE CAPITAL ANIMAL, EN EL MUSEO REINA SOFÍA DE MADRID. EL 21 DE MAYO PRESENTA VOCES DEL EXTREMO EN TERRITORIOS SEVILLA. Y ACTUARÁ JUNTO A LOS VOLUBLE EL 17 DE JUNIO EN SÓNAR 2016, EN BARCELONA.


 

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