Sobran las palabras. Y más las de este tipo. El pasado mes de abril, un orador musulmán aseguraba en un centro islámico de Orlando que “los gays deben morir” porque la muerte ha de ser “la sentencia, lo sabemos y no debemos avergonzarnos”. Increíble que se dé voz a un personaje de esta calaña, que además califica la eliminación de homosexuales como un acto de compasión. Y más increíble aún resulta que, pocos meses después, tengamos que lamentar la muerte de 50 inocentes en dicha ciudad. Sobran las palabras.