Convenientemente denominado Pronto, sus creadores aseguran que es el preservativo más rápido de colocar de la historia. Solo hacen falta 3 segundos para ajustarlo. Se trata de un condón envuelto dentro de un pequeño aplicador de plástico. Ponerlo es tan sencillo como colocarlo sobre el glande, tirar de los extremos del envoltorio y deslizar por el cuerpo del pene hasta la base. El condón, como si se tratara de magia, se desenrolla por sí mismo.
La idea nació hace 10 años, cuando el inventor sudafricano Willem van Rensburg desarrolló el prototipo, en un intento de frenar la pandemia del VIH/sida en su país. El pasado 5 de julio, Van Rensburg lanzó una campaña de crowndfunding en la plataforma Indiegogo para cubrir los costos finales del producto en el mercado estadounidense. Los crowdfunders que colaboren serán los primeros en poder probarlo; se espera que el primer envío tenga lugar en noviembre.