Anoche, el jugador internacional de waterpolo Víctor Gutiérrez, que el pasado mayo salió del armario en Shangay y se convirtió en el primer deportista de élite abiértamente gay de España, visitó los estudios de Telecinco. Víctor se sentó en el sillón del programa Hable con ellas para hablar de su salida del armario, de su compromiso gay y de sus proyectos tras haberse quedado a las puertas de ser seleccionado para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, que en tres días darán el pistolezo de salida.
“Yo creo que toda la persona que nace homosexual necesita un tiempo para aceptar lo que es y comprender que lo que ocurre no es nada malo, es algo normal”, le contaba Víctor a Rocío Carrasco cuando esta le preguntaba por qué había decidido salir del armario hace unos pocos meses. “Yo como joven tuve mi proceso natural en el que fui comprendiendo que lo que me estaba ocurriendo era algo normal y que lo más importante era aceptarse a uno mismo. Una vez que mi familia ya lo sabía, mi grupo de amigos también lo sabía y me sentía con la confianza para no esconderme en mi deporte, ya tenía las bases bien firmes para hacer pública mi homosexualidad y poder ayudar a otras personas”, continuaba explicando. “Tengo la suerte de vivir en una gran ciudad como es Madrid, pero no es la realidad de otra mucha gente que se siente atrapada, incluso perseguida”, concluía.
A continuación, Sandra Barneda quiso que Víctor le explicase por qué daba la impresión de que mundo del deporte es un gran clóset. “Parece que el deporte de élite es pertenencia del ‘macho’, y como un homosexual no representa el ‘valor del macho’ no puede ser un buen deportista”, dijo Víctor que, aunque asegura que en su caso siempre ha sido valorado por méritos deportivos, reconoce que “hay miedo a que se caigan contratos con firmas, a que tus miedos te den de lado, a que el público te diga ‘maricón’ o te insulte”. Sin embargo, defendió la libertad de cada deportista a hacer lo que quiera: “No se puede empujar a nadie del armario. Es algo personal”.