¿Te imaginas no sentir deseo sexual hacia una persona hasta que consigas un fuerte vínculo emocional con ella? Pues esta situación puede producirse, y se llama demisexualidad. Más allá de las sexualidades que nos resultan más comunes dentro del imaginario social, existen otras opciones, quizá menos usuales, pero no por ello menos importantes, como ésta.
Un demisexual, que a su vez puede ser hetero, homo o bisexual, no siente atracción sexual en base al físico, sino a una conexión emocional fuerte, ya sea amor o amistad, y si el vínculo desaparece, la atracción también. Por tanto, una persona demisexual no podría tener encuentros de una noche, excitarse con pornografía o ligar en una discoteca sin más.
No se debe confundir la demisexualidad con la elección personal de no tener relaciones sexuales hasta que una relación sea formal, ya sea por razones religiosas, morales, sociales… A diferencia de esto, el demisexual es incapaz de sentir el deseo antes de alcanzar cierta confianza con el otro.
El término, acuñado por la Asexual Visibility and Education Network, cuenta con su propia organización (www.demisexuality.org), que intenta dar a conocer este tipo de sexualidad.