El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, se ha sumado a las palabras vertidas por los obispos de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, y de Getafe, Joaquín María López de Andújar, en la carta expuesta en la página web de la Diocesis de Alcalá en donde se menospreciaban y minusvaloraban la leyes aprobadas recientemente por la Comunidad de Madrd en favor de los derechos de identidad de género (Ley de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y No Discriminación) y en contra de la LGTBfobia (Ley de aprobación integral contra la LGTBfobia y la discriminación por razón de orientación o discriminación sexual).
«Es una bomba atómica que quiere destruir la doctrina católica y la imagen de Dios en el hombre y la imagen de Dios Creador», han sido las palabras expresadas por el obispo al medio de comunicación Infovaticano.com. Ha afirmado que la carta escrita por sus compañeros de Madrid es un reflejo de la opinión tanto del Papa Francisco como de sus antecesores. También ha defendido el derecho de libertad de expresión de los obispos de Alcalá y Getafe y ha denunciado las «cruzadas que emprenden algunos» contra los que piensan de forma diferente.
Las palabras de Demetrio Fernández no han pasado inadvertidas por la opinión pública cordobesa. Antonio Hurtado, diputado socialista del Congreso por Córdoba, ha pedido al obispo a través de un comunicado que “por humanidad se sume a la lucha contra la LGTBfobia, una causa que trata de conseguir la igualdad y el respeto a la diversidad en una sociedad justa y democrática”, y también le ha pedido “respeto a las instituciones públicas y a la ley en defensa de la igualdad de las personas”. El diputado socialista ha calificado las palabras de Demetrio Fernández como “una provocación” y una nueva “salida de tono”, además de “inaceptables e impropias de una dignidad eclesiástica”.
Según Hurtado, el obispo de Córdoba vuelve a «dar muestras de LGTfobia y vuelve a faltar el respeto a las leyes que en este caso ha aprobado el Parlamento de la Comunidad de Madrid” y le ha recordado que “nadie elige ser hombre o mujer y nadie elige su sexualidad, pero en una sociedad democrática todos tenemos los mismos derechos y todos debemos exigir el mismo respeto a nuestra naturaleza, a nuestra identidad y a poder vivir en libertad, sin que ello signifique ninguna amenaza ni para la Iglesia Católica ni para nadie”.
Hurtado ha lanzado una petición en change.org para recaudar firmas con el objetivo de que “la fiscalía actué ante las declaraciones homófobas del Obispo de Córdoba”. La petición lleva ya acumuladas más de 400 firmas.
El portavoz del Partido Popular en el Ayuntamiento de Córdoba, Jose María Bellido, también se ha manifestado en “absoluto desacuerdo” con las palabras del obispo. “Es una ley del PP que me parece magnífica y estupenda aprobada en Madrid”, ha declarado, mientras añadía que “hay mucho camino que recorrer en nuestra sociedad en materia de igualdad. Cualquier ley que lo haga pues bienvenida sea”.
Igualmente el grupo municipal Ganemos ha lanzado una nota de prensa expresando su malestar por las declaraciones de Fernández a través de su concejal Alberto de Ríos. «Es muy grave que el obispo de Córdoba haga apología del odio y se posicione en contra de los derechos humanos». Y prosigue: “las personas creyentes de Córdoba no se merecen tener un obispo talibán que cada vez que tiene la oportunidad lanza alegatos de odio contra mujeres, homosexuales y transexuales. Lo que es una bomba atómica es que un obispo de una sociedad democrática se parezca a un obispo franquista donde ser homosexual o transexual era suficiente para terminar en la cárcel o torturado en comisaría”.
No es la primera vez que unas declaraciones del Obispo de Córdoba generan polémica. A finales del pasado año, Demetrio Fernández declaró en una carta pastoral que la fecundación in vitro era “un aquelarre químico de laboratorio» y que la mujer debía “dar calor al hogar” mientras que el varón debía “representar la autoridad”. Asimismo, expresó en referencia al divorcio y la nulidad matrimonial que “nadie puede deshacer, ni siquiera el Papa, lo que Dios ha unido por voluntad de los esposos en el sacramento del matrimonio”.