A estas alturas, ya podemos afirmar con contundencia que Río 2016 ha sido un ejemplo de visibilidad gay con más de 50 deportistas fuera del armario –aunque ninguno español–, de los cuales casi la mitad consiguió llevarse algún metal a casa.
Pero antes de cerrar el capítulo olímpico durante los próximos cuatro años, te dejamos con los momentos más gays que hemos vivido en Río 2016. Que sepan en Tokio 2020 que el listón está muy alto.
Madonna en los Juegos Olímpicos
Sí, amigo, justo cuando creíamos que ya habíamos visto lo más gay de Río 2016, el equipo ucraniano de gimnasia rítmica nos sorprendió en la última jornada de los Juegos con una rutina al ritmo de Vogue de Madonna en la rotación final.
Al contrario que el equipo español, Ucrania no consiguió subirse al podio, pero de existir un premio del público, a buen seguro se lo habrían llevado de calle por incorporar la coreografía del videoclip a su ejercicio. El pabellón estaba entregado.
El striptease de Danell Leyva
La gala de despedida de la gimnasia artística siempre ofrece momentazos. En Río 2016 el protagonista fue el gimnasta estadounidense de origen cubano Danell Leyva, que para celebrar sus dos medallas de plata conseguidas en barra y paralelas brindó al público un sensual baile sin camiseta en un último ejercicio con striptease incluido y a ritmo de Pitbull.
Desde aquí, y con permiso de Max Whitlock y del equipo brasileño de gimnasia artística, le otorgamos el título de deportista más sexy de estos Juegos, atractivo que aumenta tras saber que Leyva es todo un defensor de los derechos LGTB.
Tom Daley
El saltador de trampolín llegó a Río 2016 como una rock star y no se fue de vacío. Convertido en el primer deportista abiertamente gay en conseguir una medalla en estos Juegos, Tom Daley ha sido la cara más mediática de la visibilidad LGTB durante estos 17 días.
Su fracaso en la competición individual –quedó último en su serie en la semifinal de 10m y no consiguió meterse en la final– no empaña el bronce conseguido junto a su compañero Daniel Goodfellow en salto sincronizado en plataforma de 10 metros.
Proposiciones de matrimonio
Río de Janeiro debe ser un lugar mágico, porque hasta dos pedidas de mano LGTB pudimos ver en estos Juegos. El atleta británico Tom Bosworth hincó la rodilla en la playa de Copacabana para declarse ante su novio Harry Dineley, mientras que una voluntaria de los Juegos Olímpicos se armó de valor en el estadio para, delante de las cámaras, pedir matrimonio a su pareja, la jugadora brasileña de rugby Isadora Cerullo. Sobra decir que en ambos casos los sorprendidos dijeron ‘sí, quiero’.
Cristian Toro
Popular porque buscó el amor en el programa Mujeres y hombres y viceversa, Cristian Toro consiguió, junto a su compañero Saúl Craviotto, una medalla de oro en la final del K-2 200 de piragüismo. Y nosotros encantados de verle en tan buena forma física. Se lleva el título del cuerpazo de estos Juegos.
Amini Fonua, nadando contra la homofobia
Procedente de Tonga, el nadador Amini Fonua ha sido la voz activista del colectivo LGTB durante los Juegos. Y no solo por entrenar con el bañador de una asociación gay, sino por salir en defensa del colectivo cuando un periodista trató de sacar del armario sin permiso a los deportistas LGTB alojados en la villa olímpica, algunos procedentes de países donde la homosexualidad está penalizada. Bravo por Fonua.
Un oro LGTB
La judoka brasileña Rafaela Silva, abiertamente lesbiana, se convirtió en la primera deportista LGTB en llegar a lo más alto en Río 2016. Una gesta doble si tenemos en cuenta que tras su fracaso en Londres 2012, Silva tuvo que soportar insultos racistas, machistas y homófobos.
El abanderado de Tonga
Todo empezó con él bien embadurnado en aceite. El taekwondista Pita Taufatofua fue el protagonista de la gala de inauguración de los Juegos Olímpicos como abanderado de Tonga. Las razones saltan a la vista.