Cómico y surrealista el suceso que el noruego Claus Jørstad ha compartido en su perfil de Facebook tras adquirir una silla de Ikea.
Nuestro protagonista, de 45 años, compró una silla en dicho establecimiento para poder ducharse sentando debido a una lesión de rodilla que le impedía hacerlo de pie. Pero el remedio fue peor que la enfermedad, ya que uno de sus testículos quedó atrapado en uno de los agujeros del asiento, tal y como ha contado él mismo en Facebook.
Claus se percató de lo ocurrido al intentar levantarse. Fue ahí cuando notó un fuerte dolor en la zona testicular. Uno de sus “marineros” (que así los llama el bueno de Jørstad) se dilató e hinchó considerablemente debido al calor… y se le quedó atrapado en uno de los agujeros ¿La solución? Abrir el agua fría para que el testículo encogiera y pudiera recuperar la ansiada libertad.
La archifamosa compañía sueca lamentó lo ocurrido mediante una respuesta en dicha red social, y también le hizo una curiosa recomendación a Claus: que utilizara la silla como macetero.