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No queda ni rastro del ‘chico Disney’ que fue en este polifacético actor de 32 años. A David Carrillo no le marcó su paso –durante cuatro años y medio– por el Club Disney como a tantos otros jovencitos, que en ocasiones no supieron digerir la fama inmediata. De hecho, él tampoco la disfrutó tanto, porque reconoce que como consecuencia de su popularidad sufrió bullying en el instituto. Y ahora ve con preocupación cómo aumentan los ataques homófobos en nuestro país. “Estamos yendo para atrás, vivimos tiempos muy complicados. Es una cuestión educacional, y un problema de todos. Porque la homofobia está ahí, incluso en esas personas que dicen ‘yo tengo muchos amigos gays’, se equivocan en el planteamiento”.
«Hago deporte porque me hace sentir bien, soy muy, muy ansioso”
Enseguida tuvo claro que para hacerse su hueco tendría que diversificarse, y saber de cuanto más, mejor. Su contacto con Disney le permitió empezar a trabajar como doblador en producciones de la casa, y desde entonces es otra de las facetas que cultiva. Y no solo hace locuciones para anuncios, su voz también se ha escuchado en sagas como la de Harry Potter. Ron Weasley habla en español a través de David. “Hay que saber reinventarse, no quedarte esperando a que te llamen”.
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Le dan mucha rabia las etiquetas, y por eso las ignora. “A raíz del Club Disney no sabían si considerarme actor, presentador o qué… En España para eso somos muy catetos. Yo siento que puedo comunicar de muchas formas, no solo actuando. Cuanto más completo seas, mejor”. Por eso se ha ido embarcando en cualquier aventura que le estimulaba.
Nacho Cano apostó por él para interpretar el personaje que más caló en el público del musical Hoy no me puedo levantar, Guillermo, un gay extrovertido y con tanta energía, lógicamente, como David. Le dio vida durante nueve años. “Todavía me paran por la calle y me lo recuerdan. Y me hace muy feliz, porque fue el trabajo que más me costó, a nivel físico y mental. Y es que para mí el trabajo de actor de musical es equiparable al de un deportista de élite”.
Lo de hacer de todo lo lleva ahora al extremo, desde que se ha puesto al frente del madrileño Teatro de las Aguas, recuperado para la escena tras albergar durante años un after. “Hago de gerente, de relaciones públicas, de tabernero, de actor, de técnico, de director… Estoy aprendiendo un montón”. Y le enorgullece estar gestionando un espacio artístico. “Me siento más cómodo allí que en muchos de los trabajos que he hecho”, confiesa.
Por la alocada Shock! que dirige, y que ha escrito Ariel Capone, desfilan personajes de lo más variados, en torno a un programa de televisión basura que nos devuelve una visión nada complaciente del presente de nuestra tele. “Todos son calaña, mala gente. Y es que cierta televisión está creando auténticos monstruos; incluso muchas de las canciones que nos obligan a escuchar tienen letras machistas y homófobas”.
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Por Shock! desfilan desde un transexual de lo más egoísta a un gay católico nada piadoso. “Todos son víctimas de la sociedad de consumo que nos toca vivir”. Por si no tuviera bastante con Shock! y su teatro, también es uno de los protagonistas de Éxtasis, de Alejandro Melero, que en breve regresa al Alfil.
En ocasiones sustituye también a Víctor Palmero en otra obra muy ligada a esta, Clímax, del mismo autor. En ambas, forjadas a base de distintas historias, tiene varios personajes gays. “No paro de hacerlos”, afirma entre risas. Aunque enseguida se pone serio: “Un crítico escribió hace poco que si solo sabía hacer homosexuales. Me puse en contacto con él, y le dije que debería informarse, porque en mi carrera he hecho muchos más personajes heterosexuales. Ya me estaba poniendo la puta etiqueta, sin haber visto funciones como La ola”.
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“Hay que saber reinventarse, no quedarte esperando a que te llamen”
Precisamente, para encarnar a un estudiante de instituto en la obra La ola en el Centro Dramático Nacional, tuvo que perder mucho peso –que no músculo, como nos aclaró en su momento–, una de esas transformaciones físicas que en ocasiones conlleva su profesión, y por las que David, que no se considera especialmente coqueto, se sacrifica encantado. “Hay otras por las que no estoy dispuesto a sacrificarme. El secreto de la belleza está en el disfrute, y muchas veces prefiero, por ejemplo, no privarme de algo que me gusta antes que pensar si voy a engordar un poco”.
Porque no quiere caer en lo que critica Shock! “Me gusta verme bien, como a todos, pero procuro no obsesionarme por el culto al cuerpo. Y a nivel de cuidados estéticos, uso una hidratante y ya”.
Sí acude regularmente al gimnasio, pero no tanto por coquetería como por salud, según dice. “Hago deporte porque me hace sentir bien, lo tengo recomendadísimo por el médico, porque soy muy, muy ansioso”. ¿Y qué otras actividades le rebajan la ansiedad? “Leer, beber vino y follar, soy muy mundano”.
FOTO www.miguelangelfernandezphoto.com
ESTILISMO Majo Muñoz
LA OBRA SHOCK! SE REPRESENTA TODOS LOS FINES DE SEMANA EN EL TEATRO DE LAS AGUAS. ÉXTASIS VOLVERÁ PRÓXIMAMENTE AL TEATRO ALFIL DE MADRID.
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