Reparto de Juego de Tronos.
Anoche se celebró la 68ª edición de los Premios Emmy, la gran fiesta de la industria de la televisión, que coronó a Juego de Tronos como la serie más premiada de la historia de los galardones, con un total de 38.
La noche se desarrolló sin muchas sorpresas, Veep triunfó en comedia y la miniserie de Ryan Murphy, American Crime Story: The People v. O.J. Simpson cosechó numerosos reconocimientos en su categoría y le sirvió a Sarah Paulson para ganar su primer Emmy en una gala que empezaba a adquirir un toque gayfriendly.
Sarah Paulson recogiendo su Emmy.
Si los Oscars son criticados por la falta de igualdad racial, de género o de sexualidad, los Emmys 2016 han sido un altavoz a la diversidad y a la tolerancia. Además de Paulson y Murphy, abiertamente homosexuales, Kate McKinnon, también lesbiana, hizo historia como la primera actriz en ganar un Emmy por el programa de sketches Saturday Night Live en sus 41 años de emisión.
Jeffrey Tambor con su estatuilla
La creadora de Transparent, Jill Soloway, abiertamente lesbiana y con un padre transexual, puso de manifiesto la necesidad de terminar con el patriarcado. El protagonista de la serie, Jeffrey Tambor, reivindicó al recoger su premio que debería ser “el último hombre en interpretar el papel de una mujer transgénero”, ya que deben darles la oportunidad de contar su propia historia.
Todo esto, acompañado de la tierna aparición de los niños protagonistas de Stranger Things, dio como resultado una gala que aprueba en cuanto a premiados y mensaje social, y que debería ser ejemplo para otras tantas.