El pastor Steven Anderson, original de Phoenix (Arizona), se ha ganado la fama de ser uno de los más homófobos de Estados Unidos gracias a diversos llamamientos para ejecutar a personas homosexuales mediante lapidación. Su odio es tal que incluso llegó a celebrar el atentado de Orlando afirmando que “la buena noticia es que ahora hay 50 pedófilos menos en el mundo”, tal y como informa Cáscara Amarga.
Estos intolerables comentarios ya le han cerrado las puertas de países como Reino Unido o Sudáfrica, destinos a los que tenía pensado viajar para divulgar su ideología. Ante esto, Anderson decidió desembarcar en Botsuana, país fronterizo con Sudáfrica, donde las relaciones homosexuales están penadas con hasta siete años de prisión. Durante una entrevista a una radio nacional volvió a poner de manifiesto su extrema homofobia apoyando la pena de muerte por homosexualidad. “Odio a los homosexuales. Creo que son malvados enemigos de Dios”, sentencia. “La Biblia dice que el gobierno les debe dar muerte, ¿por qué debería estar triste si la Biblia dice que deberían morir de todos modos?”. Sin embargo, sus ideales han vuelto a pasarle factura y ha sido detenido por las autoridades de inmigración, que le han obligado a abandonar el país, una decisión que ha comentado el presidente botsuanés, Ian Khama: “No queremos expresiones de odio en este país. Que lo haga en el suyo”. Además, el Gobierno ha anunciado en su cuenta oficial de Twitter la deportación del pastor estadounidense, donde lo declaran “inmigrante prohibido”.