Tras varios años en los que parece que Hollywood no reconoce la diversidad sexual y racial de sus películas, a diferencia de lo que suele ocurrir en los premios Emmy, parece que este año una película sobre la complicada vida de un gay afroamericano va camino de colarse entre las candidatas al Oscar.
Hablamos de Moonlight, el segundo largometraje del director Barry Jenkins, con el que se adentra en la vida de Chiron, un joven estadounidense que, en pleno descubrimiento de su sexualidad, se ve amenazado por la homofobia de su entorno familiar.
Este drama sobre la homosexualidad, basado en la obra In Moonlight Black Boys Look Blue de dramaturgo Tarell Alvin McCraney, ha suscitado gran interés y buenas críticas en su paso por el circuito de festivales internacionales, así que esperamos que continúe su éxito hasta el Kodak Theatre.