Los testigos de Jehová son numerosos, se calcula que hay unos ocho millones repartidos por todo el mundo. En España son alrededor de cien mil.
Como sucede en la mayoría de las religiones, dentro de los testigos de Jehová la homosexualidad no es algo que esté bien visto. La Biblia es muy clara al respecto. “¿O no sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os dejéis engañar: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones […] heredarán el reino de Dios”.
El problema viene de la interpretación literal que realizan de la Biblia, la cual impide a la confesión religiosa adaptarse a los tiempos que corren.
Fue Miguel García, un ex testigo de Jehová residente en Barcelona, quien denunció a los Mossos el acoso, la humillación y la justicia “alternativa” que sufrió en su propia persona.
Tras su testimonio, otros tres ex testigos nos han permitido conocer más detalles respecto a cómo viven los gays que pertenecen a esta confesión religiosa.
Los homosexuales son comparados con ladrones, y aunque los testigos de Jehová afirman no ser homófobos, estos cuatro gays han sido juzgados y expulsados por este motivo.
Son obligados a mantener relaciones con mujeres, casarse y tener hijos. Son duramente juzgados y castigados ante cualquier desliz con un hombre. Consideran la homosexualidad una enfermedad, a pesar de que la OMS la retiró de la lista de enfermedades mentales en 1990, y lo que es peor, ¡creen que pueden curarla!
