La historia de Marcela y Elisa es cuando menos entrañable. Estas dos mujeres han sido las únicas lesbianas que se han casado por la Iglesia, y nada más y nada menos que hace un siglo.
Fue en 1901 cuando una de ellas decidió disfrazarse de hombre para poder “burlar” las leyes morales y religiosas. Así, lograron contraer matrimonio.
Cuando la gente se dio cuenta de lo que habían hecho, fueron duramente perseguidas y se vieron obligadas a mudarse a Portugal.
Hoy, el ayuntamiento de A Coruña las homenajea dedicándoles una calle (aún está por decidir cuál) como “reconocimiento a las identidades sexuales”.