Los datos obtenidos tras el último estudio realizado por Cal Strode nos han puesto los pelos de punta a toda la redacción de Shangay. Han participado 280 hombres gays de California y Reino Unido.
En primer lugar, los gays que no habían sido discriminados durante su infancia y adolescencia afirmaban categóricamente no tener pluma. Es una reflexión cuando menos interesante. ¿Tendrá algo que ver que nunca les hayan señalado por ser gays para que solo por eso crean que no lo parecen? Nosotros creemos que no tiene nada que ver haber crecido en un entorno tolerante con no tener pluma. A lo mejor sí que la tenían, pero a nadie le importaba.
En segundo lugar, un 40% de estos “gays sin pluma” afirman que los gays con pluma manchan la imagen de los homosexuales en general. Y lo que es peor, un 35% se identifica más con la comunidad heterosexual por ser menos “extravagante”. Lo que no entendemos es por qué dan mala imagen los gays con pluma, ¿acaso están haciendo algo malo? Por desgracia, ese discurso tan homófobo continúa arraigado en la mentalidad de muchos.
Y por último, y más lamentable si cabe, este 40% que afirma no tener pluma y no haber sido discriminado, reniega por completo de la lucha contra la homofobia. Vamos, que no quieren saber nada. Tristemente, de lo que parecen no ser conscientes es de que actualmente no gozarían de muchos derechos si todo el mundo hubiera actuado como ellos. Véase el matrimonio igualitario, la adopción o la ley de Identidad de Género, que son posibles en muchos países gracias a la incesante lucha del colectivo LGTB.
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