5 películas porno gay para entrar en calor el fin de semana

Newcummers

En ocasiones, el casting de una película porno es tan perfecto que realmente se te puede llegar a hacer corta, a pesar de durar casi tres horas. Quizá te la quieras administrar, porque lo de ponerte ante una pantalla hoy día tres horas para ver porno suena a quimera –es más fácil que las pases de perfil en perfil en Cam4 o Chaturbate–, pero en este caso, si el perfil físico de los protagonistas te pone, merece la pena que te tragues, literalmente, Newcummers de cabo a rabo. Son cinco (largas) escenas que arrancan con un polvazo entre Edji Da Silva, una de las grandes estrellas de la productora Lucas, y Johnny Venture. Después entran en acción power bottoms como Brandon Jones y Nikko Brave y activazos guapísimos como Nick Ford y Adrian Long. Todos fibradísimos, entregadísimos y dispuestos a coronar sus escenas haciendo honor al nombre de la cinta, con eyaculaciones bien potentes, happy endings en condiciones. ¿Y hay algo que nos guste más que un final feliz en cualquier película?

A Load of Jizz

Contén la respiración segundos antes de empezar a verla, porque en esta producción española las cartas se ponen sobre la mesa desde el segundo uno, y hay morbo en cantidades industriales. Como industrial es también la ambientación en varias de sus secuencias, rodadas en baños y otras zonas de clubes de sexo, el marco perfecto para polvos donde predomina el coqueteo con fetichismos varios y juegos de dominación y sumisión llevados hasta extremos más que tolerables. Zapas, botas y dildos dan mucho juego a estrellas patrias como Aitor Crash, entregadísimo en su aparición. Lo mismo sucede con Martín Mazza, el único que tiene una secuencia completa para lucirse él solo, y vaya si lo hace, aprovechando además para promocionar la cerveza patria, la sustituta perfecta cuando no hay un compañero que le pueda hacer una lluvia dorada. Es una producción española que no tiene nada que envidiar al porno gay que nos llega de fuera, y eso hay que celebrarlo.

Well Fucked!

El título no engaña, de eso damos fe. Y el trío con que se abre la cinta lo deja bien claro desde el primer polvo. Ojo, dura casi cincuenta minutos, para que te hagas una idea. Desarrolla esa fantasía, poco probable en la vida real, de que estando relajado en un paisaje idílico, a la sombra de los pinos, aparezcan dos chulazos dispuestos a montárselo delante de ti y animándote a que te unas a la fiesta. En este caso, además, comparten un fetichismo especial por los pies, que utilizan no solo como elemento que chupar con ganas, también dan para una masturbación muy especial. Dylan O’Hardy, desde luego, se gana bien el sueldo como pasivo en este trío… Y ese bonito jardín sirve también como escenario de otro de los polvos realmente potentes de la cinta, que pierde algunos enteros cuando se mete en interiores. No porque el polvo sea peor, sino porque ahora que llega el fresquete apetece más ver cómo se lo montan en pleno verano, con ese aire a lo Kristen Bjorn vintage que tiene esta cinta en algunos momentos.

Men in Uniform 3

¿Qué te van a contar a estas alturas del fetichismo relacionado con uniformes que no sepas? Nada, obviamente. Pero sí se puede desarrollar en distintas escenas, utilizando uniformes de lo más variados para los preámbulos de las distintas escenas que forman esta secuela de una saga que da de sí. Según te ponga más el uniforme de piloto, de bombero o de policía, habrá secuencias que te pongan más o menos. Incluso si tienes fantasías con las batas de doctor, aquí encontrarás un guiño para ti. Los polvos son de lo más amateur, y a la mayoría de los twinks que participan no se les ve del todo sueltos. Suerte que de repente aparecen veteranos del porno gay como Johan Volny que contribuyen a levantar el nivel. No esperes que los uniformes tengan un gran protagonismo, avisado estás de que simplemente sirven para los jugueteos previos a la verdadera acción. Y si lo tuyo es el bareback, olvídate, aquí se apuesta por el sexo seguro. Que para algo sale un doctor y todo.

Bear Films. Secret Vault Vol. 5

En la variedad está el gusto, es una realidad incuestionable. Y en el mundo bear también se agradece que se reflejen distintos físicos, distintas actitudes, distintos métodos de caza y de placer sexual. En esta nueva entrega de lo mejor de Bear Films, cada escena es un mundo. Abren una pareja de osos bien peludos y fondones que se lo montan con un enorme vigor. Después, dos atractivos cubs también demuestran tener una química envidiable. Hay un par de solos que permitirán a chasers varios deleitarse con masturbaciones de lo más prolongadas… y con la presencia de algún juguetito también. El último polvo tiene el rollo fetish acentuado, y en él predominan el cuero y los juegos de dominación. Propuestas bien variadas que no solo deberían interesar a amantes del mundo bear. No está de más ver físicos y maneras de interactuar sexualmente que no tienen por qué ser necesariamente las que conforman tu ideal. Aunque nunca sabes si acabarás hecho un cub, un chaser o un bear en toda regla…