“Primero, habla con Dios. Segundo, lee la Biblia todos los días. Tercero, huye de la propaganda homosexual. Cuarto, búscate un confidente”. La fórmula de los testigos de Jehová para prevenir la homosexualidad, y todo el calvario que un gay ha de sufrir en el armario de su organización, empujó a Miguel García a denuciar ante los Mossos el acoso –también sexual– y la humillación sufridos durante años. En Shangay nos hemos puesto en contacto con él para que nos explique en profundidad lo que nadie jamás se ha atrevido a contar.
SHANGAY ⇒ ¿Por qué te expulsaron de los testigos de Jehová? ¿Fue una expulsión como tal o es que te sentiste rechazado por ser gay?
MIGUEL ⇒ Esta confesión religiosa tiene un particular método de expulsar a quien no esté de acuerdo con sus preceptos o sus ideas religiosas o filosóficas. Para los testigos de Jehová, un gay o lesbiana tiene que ocultar su condición y no tener relaciones sexuales con personas de su mismo sexo. En caso contrario, organizan una “audiencia judicial”, una especie de tribunal de honor donde solo están presenten tres pastores, en calidad de jueces, y la persona juzgada, sin ninguna garantía de protección y de asistencia judicial. En muchas ocasiones expulsan a la persona que se mantiene en esa posición. El resto de la familia tiene prohibido mantener relaciones familiares con el expulsado. No está permitido saludar, comer con esa persona. Y si esa persona ya es mayor de edad, los padres aún testigos de Jehová invitan al expulsado a irse de casa. En mi caso, los abandoné hace ya casi cinco años al no estar de acuerdo con sus ideas. No organizaron una “audiencia judicial” porque corté toda la relación con ellos y no lograron saber mi dirección o dónde contactarme después de mi salida. Logré evitarlos hasta hace poco.
SHANGAY ⇒ ¿Cómo supieron que eras gay? ¿Tenías que mantenerlo oculto o no te escondías?
MIGUEL ⇒ Nunca lo dije de forma clara, escondía todo lo posible esta situación.
“Denuncio por acoso, coacción, amenaza y abuso sexual mientras era menor de edad”
SHANGAY ⇒ ¿Te han insinuado que necesitas curar tu ‘enfermedad’ y que debes ir a terapia para ello?
MIGUEL ⇒ Este grupo religioso cree firmemente que los gays o lesbianas se pueden ‘curar’ o cambiar. Los testigos de Jehová asemejan la gravedad de ser gay a la de ser un ladrón y le dan el trato de una patología. El portavoz en España incluso mencionó a medios de comunicación: “Primero tratamos de entender el porqué, la razón por la que alguien quiere a otra persona del mismo sexo, porque no es un estado natural”. La manipulación que tuve en este grupo logró que renunciara por completo a ejercer mi propia sexualidad. El sentimiento de culpa me hace sentir pecador, y me embargó el miedo de perder mi familia por ser expulsado y, por ende, de perder mi propia autoestima. Un conocido psicoterapeuta, Miguel Perlado, especialista en movimientos religiosos, coincide con lo que viví personalmente: Para “reorientar a los que consideran desviados”, explica, “realizan charlas y encuentros, dirigidos por los ancianos [una figura que asume las funciones que en la iglesia católica corresponderían al sacerdote] valiéndose de sus estudios bíblicos”. En algunas de sus publicaciones recientes, en 2007, incluso dan una fórmula para “no caer en actos homosexuales”.
SHANGAY ⇒ ¿Has notado algún apoyo dentro de la organización?
MIGUEL ⇒ Después de mi huida, nada. Respecto a mi condición sexual, ningún apoyo. Tampoco me lo esperaba.
SHANGAY ⇒ ¿Y a título personal, sin que sea de manera oficial?
MIGUEL ⇒ He recibido de forma personal el ánimo y apoyo de algunos testigos de Jehová aún activos en su confesión. Entienden que mi salida era la mejor opción y están contentos por mi situación actual.
SHANGAY ⇒ ¿Conoces a algún otro miembro de la comunidad que sea gay y haya estado en tu misma situación?
MIGUEL ⇒ Muchos, muchos… Muchos escogen casarse para tratar de renunciar por completo a su propia sexualidad. Otros no se casan, pero tratan de mantenerse en sus ideas, y algunos no ven más remedio que vivir una doble vida, una frente a la confesión, totalmente heterosexual, y una vida de fin de semana en la que se ‘desmelenan’ sin poder llegar a vivir una vida plena y normalizada. Algunos ex miembros de los testigos de Jehová son gays y están felizmente emparejados. Recuerdo casos de parejas con una relación cerrada de casi dos décadas, profesionales reconocidos que abandonaron la práctica de esta confesión hace más de treinta años. Eran jóvenes promesas dentro de la confesión a principios de los años ochenta, pero su activismo social les empujó a abandonar unas creencias que les limitaban, después de haber crecido en un ambiente familiar y haber cumplido con todas las normas que imponía esta confesión, como negarse a hacer el servicio militar y cumplir condena en la cárcel.
SHANGAY ⇒ ¿Se puede seguir siendo una persona creyente pese a todo esto?
MIGUEL ⇒ Me considero agnóstico. Creo que existe algo, alguien, alguna fuerza como dirían en Star Wars. Me niego a ponerle una etiqueta o un nombre. No sé qué es, ni quién es. No creo que sea necesario una religión organizada para creer.
“Muchos escogen casarse con una mujer para tratar de renunciar por completo a su propia sexualidad”
SHANGAY ⇒ Si se te presentase la opción de volver o se te hiciese una petición formal, ¿lo harías?
MIGUEL ⇒ No. Es imposible. Mi visión de la vida y de mi condición sexual son totalmente incompatibles con esta confesión y sus creencias.
SHANGAY ⇒ Durante todo este calvario, ¿has sentido miedo en algún momento por algún tipo de coacción o amenaza?
MIGUEL ⇒ En muchas ocasiones. Al dejar a los testigos de Jehová hace casi cinco años fui “acosado” por mis ex compañeros. Terminé sufriendo un ataque de ansiedad, me ingresaron en el hospital y se presentaron allí. Tuve que pedir a las enfermeras que no les dejaran entrar. En 2014 solicité a la Sede Nacional de este grupo religioso que cancelaran mis datos personales de sus ficheros y se negaron. El pasado 23 de septiembre denuncié ante los Mossos d’Esquadra en Badalona a varios testigos de Jehová y a la organización religiosa por acoso, coacción, amenaza y abuso sexual mientras era menor de edad. Varios testigos de Jehová me enviaron una citación a una “audiencia judicial” por correo certificado. No sé cómo lograron mi dirección, que desconocían, aun después de haber cambiado varias veces de domicilio y de haber cortado toda relación con ellos. En esta misma carta, indican que han intentado en varias ocasiones ponerse en contacto conmigo y hacerme entrega de esta carta. Ante los Mossos d’Esquadra, decidí hablar completamente y denunciar el acoso que había y que estaba sufriendo. Además, expliqué unos hechos que había decidido olvidar, los abusos que había sufrido por otros testigos de Jehová cuando era menor de edad.