1. Aquí todo es fabuloso
Da igual que la editora de moda Patsy Stone (Joanna Lumley) y la relaciones públicas en horas bajas Edina Monsoon (Jennifer Saunders) sean más bien un cuadro y se metan continuamente en líos por su falta de tacto y por lo políticamente incorrectas que son –bueno, también por lo borrachas que van siempre–. Para ellas todo es ‘fabuloso’, y lo cierto es que acaban convenciéndote de ello. Porque por muy metepatas que sean y por muy mal que les vaya todo, lo cierto es siempre encuentran un motivo para reírse. Y el público se ríe con ellas, que no de ellas. ¿Cuántas veces llegan a decir ‘fabuloso’ en la hora y media que dura la película? Es para contarlo.
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2. Presta atención a cada segundo si no te quieres perder todos los cameos de famosos
Arranca la película con un desfile de moda a lo Zoolander al que acuden las protagonistas y empieza el desfile de famosos que no dudaron en acudir a la llamada de Absolutamente fabulosas. El cantante Tinie Tempah es de los primeros en dejarse ver tímidamente, y a partir de ese momento se suceden los rostros populares, de toda edad y condición, algunos con frase y otros no. Es sin duda uno de los ganchos de la película no perderse las apariciones de Alexa Chung, Suzy Menkes, Alesha Dixon, Poppy Delevigne, Jerry Hall, Pam Hoggs, Stella McCartney, Perez Hilton, Jon Hamm, Rebel Wilson… La diversión también está servida en este sentido. Y ojo al mejor cameo, de lejos, de la película: el de Joan Collins.
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3. Guiños pop
La serie original, todo un clásico de los 90, que ha dado pie a esta película se convirtió de inmediato en un tesoro de la cultura pop de aquella década. Y cuando Pet Shop Boys se unieron a Jennifer Saunders y a Joanna Lumley en 1994 para lanzar el single benéfico Absolutely Fabulous, se refrendó su estatus de culto.
Esta reinvención cinematográfica apuesta firmemente por los guiños pop. Para empezar, su esmerada banda sonora, con gran relevancia a lo largo de todo el metraje, cuenta tanto con clásicos del petardeo como con temas nuevos de revelaciones como Years & Years. Y La Roux aparece cantando en una fiesta de moda.
Pero lo más jugoso en este sentido son los papeles de Emma Bunton y Lulu. Que se interpretan a sí mismas, como representadas de la acabada Edina. La una, ex Spice, la otra, ex estrella, ambas dispuestas a quedar como artistas de medio pelo y carreras acabadas en la ficción. Aunque lo que en realidad demuestran es un enorme sentido del humor.
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4. Guiños gays
Patsy se comporta en muchos momentos como un hombre gay en su variante megapetarda: mirando Tinder en cuanto tiene ocasión, bebiendo Chanel Nº5 si no hay champán cerca, tomando poppers con su mejor amiga para pasar el rato… Y Edina es capaz de decirle al posible editor de sus memorias, claramente homosexual, que todos sus amigos son gays, confiando en que así se anime a publicarle el libro. Son solo unos pocos detalles que indican lo gayfriendly que es la película, y cómo sus creadores han querido que uno de los públicos más fieles de la serie vea recompensada su fidelidad.
Así, no sorprende que aparezcan Chris Colfer –lejos ya de Glee, aquí como maquillador y peluquero megaplumífero–, Jean Paul Gaultier –de sí mismo, claro– o un ejército de drag queens, las más representativas del Reino Unido, de Jodie Harsh a La Voix, pasando por Charlie Hides y Glam Roo. Ya cuando Patsy aparece en un momento dado, a ritmo de Big Spender, travestida de hombre y comienzan los guiños trans –hay más de un personaje episódico transexual–, los equívocos van un paso más allá, y los comentarios políticamente incorrectos, también.
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5. Kate Moss y el punto serio
Que la top model haya accedido a interpretarse a sí misma dice mucho de ella. Y es que la trama gira en torno a la modelo británica más icónica de las últimas décadas, y no son pocas la bromas sobre su disoluta vida. Edina sueña con ser su representante en la ficción, y todo el mundo quiere acercarse a ella, por ser ejemplo máximo de una triunfadora.
Esta fijación ha servido a la creadora de la serie, la propia Jennifer Saunders, para incluir un toque reflexivo en la historia, camuflado dentro de una escena de comedia pasada por agua. Ahí aprovecha para dejar caer que seguimos viviendo en una sociedad machista en la que a la mayoría de las mujeres –también sirve para hombres gays– se las relega a un segundo plano cuando cumplen una cierta edad. Las protagonistas de AbFab desafían ese convencionalismo con su actitud; hacen lo que les pide el cuerpo sin preocuparse de la opinión de los demás, y Saunders se niega a que se la haga de menos chillando “Los 60 son los nuevos 40. ¡No soy vieja!”. El guiño final a Con faldas y a lo loco, mientras suena Kylie Minogue, evidencia que a ellas les da igual la edad de aquellos mitos que les gustan y que homenajean. Incluidas ellas mismas.
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