Dando las gracias a los espectadores de Gran Hermano 17 nos quedaríamos cortos. Ayer demostraron con creces aquello de que la audiencia es sabia, y es que Alain fue el primer salvado de la expulsión con un escaso 0’6% de votos.
Aunque siendo sinceros, tampoco es que el francés nos esté dando demasiado juego, más allá de su historia con Meritxell, y desde hace unos días con Simona, la nueva concursante.
Pero, bien sûr, es un regalo para la vista: encender la televisión y ver esa cara y ese cuerpo… La verdad es que el momento “genéticamente perfecto” de Pol se ha quedado en un chiste simpático si lo comparamos con Alain. Eso sí que es un regalo de la genética. Bueno, y también fruto del esfuerzo, que sabemos que el francés invierte sus horas en el gimnasio.
Tanto como para ganar el programa, a lo mejor no, pero sí que pedimos a la audiencia que lo deje hasta el final en la casa de Guadalix. Las rencillas tienen su punto, pero Alain es el único chulazo que nos queda.
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