Hace ahora 25 años nos dejaba Tino Casal, una estrella pop absolutamente icónica, atrevida y creativa como pocas en nuestra escena en los últimos cuarenta años. Un desafortunado accidente de coche acabó con su vida a los 41 años, y dejó tras de si un riquísimo legado artístico, no solo musical.
El Museo del Traje de Madrid reivindica su figura en un aniversario tan señalado con la muestra El arte por exceso, comisariada por Juan Gutiérrez y Rodrigo de la Fuente, y es lo suficientemente amplia como para que cualquier visitante se pueda hacer una idea de quién fue Tino Casal y lo que representó en la cultura de este país.
Nada más entrar en el Museo del Traje, impone el mítico reatrato que firmaron las Costus de Tino. Cual conquistador, preside la entrada a su universo. Que exige mucha atención, porque si por algo destacó siempre Casal fue por su amor por el exceso. En las distintas salas se pueden admirar más de 200 piezas, entre modelos de su vestuario, portadas de discos, fotos promocionales, cuadros e incluso accesorios. La mayoría, pertenecientes a la colección de la familia, aunque también han prestado piezas amigos de Casal como Julián Ruiz.
“Mi publico está formado por personas con un único denominador común, la falta de prejuicios” (Tino Casal, 1987)
El despliegue impone, y nos recuerda que Casal fue uno de los artistas más audaces de los 80 y los 90 no solo por su música, también por sus estilismos. Cualquier prenda que se compraba la customizaba, y las que se creaba él seguían un patrón: no parecerse a nada que ningún otro artista pop nacional se pusiera en un vídeo o sobre un escenario. Con una estética a caballo entre el tecno-pop y el glam rock, Tino adoraba intervenir cualquier prenda e incorporar tachuelas, flecos u hombreras XXL. Por no hablar de su pasión por los estampados felinos. Para él, más era más, siempre.
“Mi publico está formado por personas con un único denominador común, la falta de prejuicios”, afirmaba Tino Casal en 1987. No le faltaba razón. Siempre con un ojo en las tendencias que se cocían en Gran Bretaña, supo adaptarlas a su propia filosofía estética, desprejuiciada como su público, y que lo mismo giraba en ocasiones hacia la androginia que hacia el neopunk. Y también lució en ocasiones prendas de diseñadores nacionales coetáneos suyos, como Pepe Rubio, Antonio Alvarado, Francis Montesinos o Gene Cabaleiro, algunos de ellos representados también la muestra.
Como gran artista multidisciplinar que fue, sus diferentes facetas están representadas en El arte por exceso. Así, se incluyen fotos intervenidas que luego fueron utilizadas para sus portadas, diseños para portadas de discos de otros artistas, pinturas –firmadas en solitario o junto a amigos como Antonio Villa-Toro o Fabio McNamara– y, cómo no, algunos de sus videoclips y actuaciones televisivas más emblemáticas. Además de retratos firmados por Pablo Pérez-Mínguez o Álvaro Villarrubia.
25 años después de su muerte, a Tino Casal se le siente muy vivo en El arte por exceso, una excelente oportunidad para (re)descubrir a un artista pionero, atrevido, inclasificable y, por encima de todo, libre.
LA EXPOSICIÓN TINO CASAL. EL ARTE POR EXCESO SE PUEDE VISITAR HASTA EL 19 DE MARZO EN EL MUSEO DEL TRAJE (AVDA. JUAN DE HERRERA, 2) DE MADRID. ENTRADA GRATUITA