Quédense con las siglas PHV. Porque el vehículo híbrido enchufable (en inglés plug-in hybrid vehicle) ha llegado al mercado del automóvil con una conducción sostenible y múltiples ventajas que merece la pena analizar. Para ello, la gama híbrida enchufable de BMW nos ayudará en el proceso. Solo un detalle antes de empezar: cada vez que nos encontremos un número acompañando estas letras, sepan que hace referencia a los kilómetros que puede recorrer con autonomía eléctrica.
En este tipo de vehículos, sus baterías pueden ser recargadas enchufándolos a una fuente externa de energía, como cualquier otro aparato al uso. Además, comparte las características de un modelo eléctrico convencional, con un segundo motor de combustión interna (gasolina o diésel) que se acciona si la batería agota su carga en pleno desplazamiento. Así, el temor –conocido como range anxiety– a la posibilidad de quedarnos tirados desaparece.
El coste de la electricidad para operar un híbrido enchufable es cuatro veces menor que el combustible, lo cual, aparte de bueno para el bolsillo, afecta positivamente en la reducción de la contaminación atmosférica, la dependencia del petróleo y las emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyan al calentamiento global.
Costará años cambiar la mentalidad del consumidor con respecto al coche de toda la vida, pero en su concepto reside la nueva y sostenible forma de ponerse al volante. Por ejemplo, la gama híbrida enchufable de BMW, los BMW i, se presentan igual de ágiles, con un diseño futurista y un concepto inteligente que los hace inconfundibles. Además, gracias a su innovador sistema iPerformance, dotan de conectividad al vehículo, que gracias a la app BMW ConnectedDrive ofrece una valiosa información sobre el nivel de carga del vehículo. ¿Te gusta conducir?