“Fui a ver a Luis Alcoba –delegado en Granada del Comité Técnico de Árbitros Andaluces de Fútbol– y le dije que me gustan los hombres; que soy homosexual. Y desde el primer momento me demostró su apoyo y me dijo que esperaba que no tuviera ningún tipo de problema en el fútbol granadino, cosa que hasta hoy así ha sido”. Con esta naturalidad, Urbano Polo relataba en el Ideal de Granada cómo ha hecho historia convirtiéndose en el primer árbitro gay que ha hecho pública su condición sexual de forma oficial.
Además, lejos de episodios homófobos, explica que “ningún compañero me ha hecho el vacío o ha dejado de hablarme por ser homosexual. Todo lo contrario, me han ayudado y, sobre todo en los primeros momentos, me preguntaban si tenía algún problema. No puedo tener ninguna queja del fútbol andaluz, que es donde desempeño mi labor”. Tal vez influya que su región sea la más favorable en materia de inclusión, también en lo que a género se refiere: “El Colegio de Granada tiene la suerte de ser el que más mujeres forma para el arbitraje y, lamentablemente, vemos cómo a nuestras compañeras las insultan desde la banda cada fin de semana. Sé que el insulto machista se está castigando de forma ejemplar por parte del Comité de Competición de Granada y es algo que me parece muy bien”.
Luce cordones arcoíris en sus botas en apoyo al colectivo LGTB: “Hay jugadores que me preguntan si es por la tercera equipación del Rayo Vallecano y quienes se dan cuenta y me dan su apoyo con naturalidad. Y eso es lo más importante”, aclara. Siempre dejando claro que nada tiene por qué cambiar, o incluso haciendo humor de ello durante los partidos. “Al mínimo roce un jugador se va al suelo y me pide que le pite la falta. Entonces les digo: ‘¡Aquí mariconadas ni una, que el único maricón aquí soy yo!”.