Carta de un niño a lo Reyes Magos pidiendo que sus padres lo acepten

Queremos hacernos eco de esta emotiva carta que publicaron nuestros compañeros de Haul Magazine. Son muchos los niños que a día de hoy siguen siendo víctima de la homofobia en sus familias; los echan de casa, son humillados y muchas veces víctimas de maltratos físicos y psicológicos. Estas líneas están escritas por un adulto que […]

Carta de un niño a lo Reyes Magos pidiendo que sus padres lo acepten
5 enero, 2017
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Queremos hacernos eco de esta emotiva carta que publicaron nuestros compañeros de Haul Magazine. Son muchos los niños que a día de hoy siguen siendo víctima de la homofobia en sus familias; los echan de casa, son humillados y muchas veces víctimas de maltratos físicos y psicológicos.

Estas líneas están escritas por un adulto que se ha puesto en la piel de alguno de los muchos niños que lamentablemente siguen teniendo que pasar por esto, y es que es en estos momentos es cuando te das cuenta de lo absurdo que resulta lo material y lo necesaria que es la tolerancia.

«Se dice que sois capaces de cumplir cualquier sueño, que podéis hacer realidad lo que sea, aunque resulte imposible… yo ya hace varios años que os pido siempre lo mismo y nunca me lo traéis. Aunque, a decir verdad, es cierto que aquello que se considera material lo he tenido: el coche teledirigido, la granja de Playmobil, los cd’s de mis artistas favoritos, el móvil, la tablet… pero algo que es mucho más importante que todo eso… nunca llegó y parece ser que nunca llega.

Queridos Melchor, Gaspar y Baltasar, también se dice que en realidad no existís, que los regalos los ‘compran’ / traen los padres, que son ellos los que hacen del barba blanca, barba castaña y el ‘morenito’. Los padres, esas personas que deciden traerte al mundo para demostrarte amor y enseñarte lo que es la vida.

Pero yo tampoco creo eso. Porque, de ser así, mis padres, si tanto me quieren, me habrían traído lo que más anhelo. Por ello este año os vuelvo a pedir lo que llevo soñando cada día desde que tengo uso de razón y me di cuenta de que, por la sociedad en la que vivimos, me clasificaron en una balda de una estantería con la pegatina de ‘diferente a los demás’. Aunque hoy día haya ‘muchos como yo’ ocupando esa estantería y otros tantos hayan conseguido salir y colocarse en la de ‘gente normal’, sigo pensando que falta todavía un gran paso, un deseo que llevo en mi corazón y que es mucho más importante que un desfile con pancartas y pregones que defienden la igualdad.

Queridos Reyes Magos, para este año quiero que mi familia me acepte y que acepten que ante el amor no hay barreras. Y, si realmente, sois los padres, os pido, queridos padres, que con el mismo amor con el que me trajisteis al mundo y con el que me habéis demostrado otras grandes cosas, lo hagáis también en mi decisión única en la vida: ser feliz.

Queridos Reyes Magos, queridos padres, deseo abrazaros y sentir que no soy diferente, contaros más de mi, porque hay mucho que por ciertos comentarios que se han hecho en diferentes reuniones, con o sin vuestros amigos, me vetan la garganta y las cuerdas vocales. Ciertas frases o pensamientos que de ser ciertos, además de limitarme la palabra, me quiebran el alma y me invalidan como persona, como ser humano que ama.

A este año solo le pido sentirme vuestro hijo, sentir que me amáis y sentir, por encima de todo, que me queréis tal y como soy. Quiero ser yo, sin que importe con quién vaya de la mano, a quién bese y a quién decida como compañero de viaje. Quiero ser completamente feliz, y solo vosotros, queridos Reyes Magos, lo podréis hacer realidad y… si no es así, ese amor y esa magia que os envuelve se desvanecerá y no habrá móvil, tablet, cd o peluche que lo convalide.

Han sido muchas lágrimas las derramadas en ese cuarto que ahora está vacío; muchos los mensajes que he borrado cuando os quería escribir un WhatsApp para deciros como me sentía; muchas las veces que he callado y he hecho ‘el papel’ de persona feliz cuando realmente no lo era… Han sido, en resumen, tantas las mentiras por no ‘heriros’ las que me han hecho sentirme cada vez peor persona y un total incomprendido. Dicen que el amor es lo mejor que te puede pasar en la vida, pero yo, amando como amo, me estoy haciendo un daño terrible y es tal el dolor y tal la impotencia que se siente cuando parece que en tu propia casa no te van a apoyar, que, por cariño, por amor a tus queridos reyes magos, prefieres callarte la boca y… abandonarte. Vivir una vida paralela, en la que muchos participan pero no los que más quieres.

Todavía, a día de hoy, hay muchos que se sentirán reflejados con estas palabras que se van ‘descargando’ sobre este papel virtual. Palabras que algunos tampoco han dicho y tantas veces han borrado al escribirlas. Palabras que este año esperamos que no caigan en el olvido.

Por eso, queridos reyes magos, este año olvídense de ir a los grandes almacenes y traigan el mejor regalo rebuscando en sus almas. Seguro que ahí, hay envuelto en el mejor papel y con el lazo más grande del mundo, el mejor presente que los ‘seres incomprendidos y diferentes por amar (como dicen todavía) distinto’ pueden recibir: la felicidad y el amor incondicional hacia los seres que habéis visto crecer, madurar y a los que queréis convertir en las personas más felices del mundo. Solo así podrán conseguirlo.

 

Queridos reyes magos, queridos padres…

 

Feliz Navidad.»

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