PARA FANS DEL POP INCLASIFICABLE
AUSTRA – “FUTURE POLITICS” (DOMINO/MUSIC AS USUAL)
La canadiense Katie Stelmanis apuesta al frente de su venerado proyecto electropopero por un presente ideal en el que todos podamos volcar nuestra energía y talento por el bien común. Su estupendo tercer álbum es una gran aportación artística a esta positiva lucha. Compagina cortes sombríos y reflexivos como We Were Alive y I’m A Monster con otros rotundamente bailables, como el que da título al álbum o Utopia, y todos terminan por generar una visión preocupada pero esperanzada a la vez. Como siempre, con Katie luciendo como gran maestra de ceremonias, distante pero comprometida, etérea pero con los pies bien en la tierra. ★★★★
KERO KERO BONITO – “BONITO GENERATION” (KERO KERO BONITO)
Pizpiretos como ellos solos, son un grupo que se hace querer, y que invita a festejar. Son dos británicos y una japonesa que se atreven a proponerse como los Pizzicato Five del universo millenial, y su primer álbum es una delicia. No tienen reparo en recurrir a estribillos azucarados, ritmos disco ochenteros amanerados (Big City) y eurodance trasnochado (Lipslap), y todo lo combinan con un descaro y un entusiasmo que resultan contagiosos. Un disco que no hay que tomarse en serio, salvo cuando te lo pongas para pegar botes. Una revelación de lo más pintona. ★★★ 1/2
PARA BAILONGOS
RONIKA – “LOSE MY COOL” (RECORDSHOP)
A la neo-disco diva británica le pone acentuar al máximo el punto retro en sus producciones. Y si en su primer álbum, Selectadisc, se postuló como astuta heredera de la primera Madonna, en esta ocasión juega a venderse como una discípula de Jam & Lewis de los primeros 90. Porque sí, Ronika se ha inspirado en el sonido Minneapolis para este nuevo álbum, y en bandas femeninas como Mary Jane Girls y The Pointer Sisters. Y se nota que sabe de lo que habla y canta. Y que Janet Jackson le inspira más ahora que Madonna. Ha ampliado su radio de influencias, y demuestra que el electrosoul le da mucho juego. Se merece que, siendo una artista radicalmente independiente, esta acertada apuesta le haga ganar muchos más adeptos. ★★★ 1/2
YURENA – “AROUND THE WORLD” (UVEEFEUVE)
Este álbum es la prueba definitiva de que Yurena se toma muy en serio su reconversión al eurodance. Y el conjunto funciona: tiene punch, y la sobredosis de vocoder y subidones contribuyen a crear una atmósfera como de ensoñación disco, perfecta para Yurena, que nos encanta que sea tan moldeable. Igual que nos apasiona el fervor con el que defiende la frivolidad bailable. Un ejercicio de estilo que es a la vez una declaración de principios.
MATTHEW DEAR – “DJ-KICKS” (!K7/POPSTOCK!)
El poliédrico productor estadounidense rompe su silencio con la primera entrega en 2017 de la serie DJ-Kicks. Como todos sus antecesores, Dear propone un viaje muy personal por los estilos y creadores que más le inspiran, y ciertamente desconcierta con su propuesta, repleta de giros inesperados. Arranca atmosférica con Nils Frahm, para enseguida romper el tono con uno de los tres inéditos de Dear, Wrong With Us, un ejemplo de lo bien que se le da el electropop teñido de siniestrismo industrial. Durante su mix va del techno marcial al house divergente, con artistas tan distintos como Matrixxmann, ItaloJohnson, Gwilym Gold, Thatmanmonkz y Simian Mobile Disco ensamblados por interludios en ocasiones psicodélicos, en otras ambientales, en muchos casos recuperados de los archivos privados del productor. Una sesión con el sello inequívoco de quien la firma, como debe ser. ★★★★
AZUL Y NEGRO – “DI CROMO. 1981-1986” (UNIVERSAL MUSIC)
No es tan habitual que se reivindique a los grupos de tecnopop ochenteros nacionales, por eso tiene un encanto especial esta caja retrospectiva de los valencianos Azul y Negro. A mediados de los 80, Carlos García Vaso y Joaquín Montoya lograron un enorme éxito popular con su efectiva visión del tecnopop cañí, con un punto kitsch apto para todos los públicos. Hay que ser muy fan para revisitar todos los LPs incluidos, pero en los cuatro primeros hay material que ha aguantado el paso de las décadas con dignidad. Si les conociste, te podrá el punto revival; si no, atención a Me estoy volviendo loco, The Night, Con los dedos de una mano o El hombre lobo. ★★★
PARA FANS DE LOS SONIDOS NEGROIDES
TINASHE – “NIGHTRIDE” (RCA/SONY)
Con Ciara en punto muerto y Kehlani y Kelela pisando cada vez más fuerte, Tinashe parece dispuestísima a subirse al pódium de las grandes estrellas del nuevo r’n’b a golpe de ambición y elaboradas coreografías. Esta es la primera entrega de un doble álbum cuyo reverso festivo, Joyride, debería llegar en breve. Nightride es un disco más de atmósferas que de temazos, y que funciona mejor escuchado del tirón. Porque más allá de Company, single obvio, no hay excesivos momentos que enganchen por sí solos. Bebiendo del trap y la electrónica acolchada que prima actualmente en el r’n’b, Tinashe firma un disco sensual aunque algo frío, a pesar de que cuenta con pasajes tan tórridos como Sunburn. ★★★
AGORAZEIN – “SIEMPRE” (AGORAZEIN)
El colectivo estrella del nuevo pop nacional, ese que no tiene miedo a incorporar con naturalidad influencias trap y hip-hop, se marca un álbum no tan rotundo como cabía esperar. C. Tangana y Sticky M.A. son los que más se lucen en un disco excesivo y que en algunos tramos peca de monótono. Lo bueno es cuando explota su talento, en temazos como 100k pasos, Lo mío o Qué pasará, en los que pasan sin despeinarse de un romanticismo urbano a un perreo discutible sin naufragar en el intento. ★★★
JONES – “NEW SKIN” (37 ADVENTURES/POPSTOCK!)
Es más arriesgado de lo que parece lanzarse al soul-pop, porque resulta fácil caer en el preciosismo y que la emoción se avepore. El debut de Jones sufre del mismo mal que el segundo disco de Jessie Ware: se nota una mayor querencia por lo bonito que por lo emocionante. Con una producción más que correcta, engancha cuando se sale de lo previsto, como en Indulge y Hoops, en donde muestra una versatilidad que debe explorar más. ★★★
EL DISCO DEL MES
THE XX – “I SEE YOU” (YOUNG TURKS/POPSTOCK!)
No hay otro grupo ahora mismo en el universo pop con tanto talento para convertir sus angustias en canciones con gancho popular. Cuatro años después de Coexist, The xx presentan el resultado de haberse mirado detenidamente al espejo y haberse atrevido a plasmar lo que veían. Se siente que es un disco hecho desde las tripas, por mucho que Jamie xx lo embellezca hasta límites insospechados con sus programaciones. La química vocal entre Romy y Oliver permanece intacta, y en este álbum más que nunca The xx logran sonar como si hubiesen nacido de una hipotética fusión de Everything but the Girl y Cocteau Twins.
También reconfirman que son únicos a la hora de rendir tributos inesperados, porque tanto el guiño evidente a Hall & Oates en On Hold como el más sutil a Sade en Say Something Loving les honran y les dan –aún más– personalidad. Este es su disco más variado y robusto, que arranca poderoso con Dangerous –prueba de que Jamie xx no siempre se guarda los mejores beats para sí mismo– y en el que caben sin problema la sensualidad filotropical de Lips, el drama apto para grandes estadios de A Violent Noise, el melodrama intimista de Performance y el angst canalizado vía trip hop de Replica. Un acierto que el disco sea breve y esté tan bien secuenciado; el mimo con el que está creado llega tanto como su tormento confesional. ★★★★