Si bien es cierto que el avance tecnológico y el desarrollo de las aplicaciones móviles son francamente útiles, también tiene partes negativas a las que lamentablemente debemos hacer frente.
El calvario de Matthew Herrick, un estadounidense de 32 años, comenzó en octubre de 2016 con la visita no deseada de un usuario de Grindr en su casa. Fue en ese momento cuando Herrick descubrió que había un perfil fraudulento en la famosa red social, y que este utilizaba fotos tomadas de su Instagram.
A pesar de que denunció dicho perfil falso a los administradores de Grindr, las visitas intempestivas en su casa de hombres que aseguraban haber quedado con él continuaron aumentando. Llegaron incluso a presentarse en su trabajo.
Tras más de cincuenta intentos de ponerse en contacto con los administradores de Grindr, Matthew solamente conseguía mails con respuestas automáticas y cero soluciones por parte de la compañía.
Debido a esta desagradable situación que solo iba a peor, se ha visto obligado a denunciar a Grindr ante la Corte Suprema de Nueva York. Se sospecha que el culpable de la suplantación podría ser un antiguo novio, pero no hay nada confirmado.
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