Brenda Kelleher y María José Torres, una pareja lésbica que vive en Dénia (Alicante), han presentado este lunes ante el Ministerio de Justicia más de 100.000 firmas para poder registrar al hijo que acaban de tener, de nombre Lennon. La razón: se les ha negado inscribir a su bebé como cualquier otra pareja salvo que demuestren cómo una de ellas logró quedarse embarazada.
Denuncian este caso como “otro ejemplo más de discriminación” al colectivo LGTB. En las parejas heterosexuales, al padre no se le pide certificación genética para inscribir al recién nacido como propio.
“Nos informaron de que este problema deriva de que las parejas formadas por dos mujeres, según el Registro de Dénia, necesitan entregar papeles, en particular una justificación de cómo se ha producido el embarazo, cosa que para mí es parte de nuestra información íntima de la familia y es algo que no se le pide a ninguna pareja heterosexual, simplemente se asume la paternidad porque ambas partes están de acuerdo”, ha declarado Torres ante los medios de comunicación a las puertas del Registro.
“El Gobierno a nosotras nos controla cómo somos madres. En una pareja de hombre y mujer a saber cómo ella se ha quedado embarazada, pero en nuestro caso, hay una sospecha. Un funcionario nos llegó a decir: ‘¿Y si habéis engañado a un nombre?”, cuenta una de las afectadas.
Lennon, el recién nacido, no es el primer hijo de la pareja. Brenda y María José tienen unos hijos gemelos de siete años que fueron registrados como hijos de ambas sin ningún problema en Castellón. Ante esta situación, denuncian la “arbitrariedad” del sistema.
María José reconoce que adoptar al bebé es una opción, aunque se resiste a llevar a cabo esta alternativa discriminatoria: “Es un trámite completamente alejado de nuestra realidad. Este niño, nuestro bebé, ha sido soñado, planeado y todo entre las dos. No entiendo que yo ahora tenga que iniciar un procedimiento de adopción como si me acabase de juntar con Brenda”. Afirma que “si todo lo demás falla”, el trámite de la adopción estará ahí porque el objetivo es que el niño esté protegido.