Para muchos, Jamie Dornan ya era una suerte de Christian Grey mucho antes de que el bestseller de E.L. James se cruzara en su carrera. Gracias a su trayectoria como modelo, Dornan ha sido un anhelado objeto de deseo para la comunidad gay, especialmente desde que llamara la atención por protagonizar semidesnudo la campaña de una famosa firma de calzoncillos. Aquello le catapultó a lo más alto como modelo –más tarde llegaría otra famosa casa de perfumes que inundó con su rostro revistas y marquesinas– y le permitió dar un primer paso en su verdadera vocación, la de actor.
Basta recordar su breve –casi muda– pero hipnótica aparición en María Antonieta, de Sofia Coppola, para saber que aquella primera incursión en el cine no sería la única. Y casi sin hacer ruido, a sus 34 años Dornan ha pasado de ser uno de los modelos más cotizados a conseguir el papel más codiciado del momento. Tras barajarse un sinfín de nombres, finalmente fue el británico el escogido para encarnar a Christian Grey, o lo que es lo mismo, la sublimación de las fantasías sexuales con las que E.L. James ha conquistado el mundo editorial.
La adaptación de esta segunda novela que dirige James Foley mantendrá ese tono sofisticado sobre el sexo y el sadomasoquismo que caracterizó a su predecesora. Y aunque las críticas sobre la falta de química entre la pareja que forman Dornan y Dakota Johnson no tardaron en surgir, no cabe duda de que Cincuenta sombras más oscuras será otro gran fenómeno cinematográfico al que será imposible resistirse.