Cuando una saga estrena su octava entrega, conviene detenerse en un fenómeno que logra que cada nuevo título recauder más en taquilla que su predecesor. A todo gas (primer título con el que aterrizó en nuestro país) nacía en 2001 como remake encubierto de Le llaman Bodhi para convertirse en la franquicia más comercial de Hollywood a base de sangre, sudor y gasolina. Ahora, con la vista puesta en una última trilogía que culminará en 2021 y la presión de no cambiar lo que funciona nace Fast & Furious 8, que apuesta fuerte para volver a situarse en el olimpo de los taquillazos. Dos décadas que se han pasado rápidas y furiosas.
En esta ocasión tocará sobreponerse al factor emocional de la trágica muerte de Paul Walker para volver a desafiar las leyes de la física. El resto de los componentes de la marca seguirán siendo su mayor reclamo: honestidad de los personajes basados en simples e instintivas conductas, sentido de familia para afrontar cada misión y emoción de lograr hazañas sin capas de superhéroes. Una evolución que se pudo palpar desde que la saga tocó fondo en Tokio con su tercer filme y que paradójicamente, provocó un cambio de registro para aumentar la acción y el espectáculo. La apuesta al todo o nada de Universal Pictures fue un éxito y a partir de ahí, cada obstáculo ruge al ritmo de un motor de gran cilindrada, impregnando la carretera de una huella que será muy difícil de borrar.
Los voluptuosos Vin Diesel, Dwayne Johnson y Jason Statham volverán a encabezar un reparto que se completa con la novedosa presencia de Helen Mirren y Charlize Theron. Esta última será la encargada de seducir a Dom Toretto (a estas alturas, el nombre de Diesel en la ficción no necesita presentación) para que vuelva al mundo del crimen desde su luna de miel traicionando a sus más allegados. Desde las costas de Cuba hasta las calles de Nueva York, la guardia pretoriana (necesaria representación multirracial) recorrerá kilómetros para evitar el caos anarquista y traer de vuelta al hombre que les hizo sentir únicos. Se nos volverán a quedar los pelos de punta.