Está a punto de terminar la gira mundial de presentación de su alabado tercer álbum, Future Politics, la confirmación de que Austra es un proyecto especial con un universo propio y reconocible. Katie Stelmanis, líder en solitario de Austra, es sorprendentemente cercana en las distancias cortas, alejándose de la teatralidad de su alter ego artístico. Una muestra más de la versatilidad de esta voz prodigiosa que se ha convertido también en portavoz de la comunidad LGTB con un discurso combativo, sí, pero alejado del activismo tradicional. Como sucede con la música de Austra, comprometida con el mundo que nos rodea pero también con el baile.
SHANGAY ⇒ ¿Por qué has querido envolver tu tercer disco de una pátina de ciencia-ficción?
AUSTRA ⇒ Cuando lo empecé me sentía muy afectada por tantas cosas que están pasando en el mundo ahora mismo… Pensé que una manera de encontrar una vía de evasión podía ser a través de la ciencia-ficción.
SHANGAY ⇒ ¿Eres fan de las películas del género?
AUSTRA ⇒ Lo soy desde que empecé con este disco, en realidad. Me obsesioné con Star Trek, y de esto hace solo apenas dos años.
SHANGAY ⇒ ¿Por qué te inspiró de un modo tan profundo el estado convulso de nuestro mundo?
AUSTRA ⇒ Porque vivimos tiempos muy oscuros, y noto un sentimiento general de gran tristeza. Veo cómo está el medio ambiente, la destrucción que nos acecha por todas partes, la gestión de los gobiernos de derecha…
SHANGAY ⇒ ¿Cómo sientes que puedes contribuir a mejorar el mundo como músico?
AUSTRA ⇒ Los artistas podemos influir en la gente que nos sigue. Justo el otro día leí una entrevista con Buffy Saint-Maire, una cantante indígena canadiense y activista, que decía que para transmitir un mensaje político hay que ser directa e ir al grano. Que muchas veces la gente se siente atraída por sus canciones de rock sin saber siquiera de lo que está hablando, y que así puede transmitir de un modo subliminal su mensaje, de una manera muy sutil. Me identifico con esa actitud. Si sabes utilizar el poder a tu alcance, multiplica su efectividad.
SHANGAY ⇒ Compusiste parte del disco en México. ¿Ha influido ese hecho en lo bailable que resulta?
AUSTRA ⇒ Casi al contrario. Cuando estuve allí me enganché a la electrocumbia, que es más bien downtempo, y compuse un montón de temas de ese rollo, pero que al final no entraron en el disco. Ese rollo lento no me convecía en esta ocasión
SHANGAY ⇒ ¿Te influyó más el tecnopop, que siempre ha tenido un componente futurista?
AUSTRA ⇒ ¿Tecnopop? Nunca había oído esa etiqueta, y me encanta, es perfecta para definir mi música. Mucho mejor que indie pop o electropop, me la quedo [risas]. Realmente nunca he sido de escuchar pop electrónico de los 80, así que conscientemente nunca me habría podido inspirar. Pero utilizo muchos sintetizadores que intentan emular sonidos de esa época, así que sin duda, de un modo involuntario, mi música puede sonar como la de esa época.
SHANGAY ⇒ ¿Alguna influencia ochentera que puedas confesar?
AUSTRA ⇒ Kate Bush, Morrissey, Joy Division…, incluso Depeche Mode. Realmente, Kate Bush es una influencia indirecta, porque mi madre la escuchaba a todas horas. De hecho, me puso su nombre, era superfan. Y yo no empecé a admirarla hasta que me fui haciendo mayor, porque al principio la veía como ‘música de padres’ [risas].
SHANGAY ⇒ Tendría sentido que su teatralidad fuese una influencia directa, porque en Austra se ve esa intención de crear algo que va más allá de la música, todo un universo en torno a las canciones de cada disco…
AUSTRA ⇒ Eso es importante para mí. En alguna entrevista decía que no le gustaba inspirarse en la vida real porque es aburrida, que por eso buscaba inspiración en la literatura, y creaba personajes ficticios… Tiene sentido. Con lo deprimente que es la vida real ahora mismo, yo también prefiero escribir sobre universos paralelos.
SHANGAY ⇒ ¿Por eso también te gusta apostar por looks repletos de fantasía?
AUSTRA ⇒ Si te soy sincera, no me gusta tanto disfrazarme y arreglarme, pero no concibo otra manera de mostrarme, sobre todo en concierto. A veces me planteo si en un futuro debería cantar vestida de un modo informal, de calle. Se me pasa enseguida [risas].
“No me daba miedo que me pusieran la etiqueta queer, porque desde el principio pensé que nuestra música no es fácil de etiquetar”
SHANGAY ⇒ Si las canciones de tu último disco fueran parte de una banda sonora, ¿cómo querrías que fuese la película?
AUSTRA ⇒ Una mezcla de Metrópolis [de Fritz Lang] y Twin Peaks [de David Lynch]. Para combinar el tono majestuoso de la primera con todos esos freaks que pueblan la segunda; se crearía un universo muy especial, que es lo que siempre me gusta transmitir con mis visuales.
SHANGAY ⇒ ¿Jugó un papel importante la música en el proceso de aceptar tu homosexualidad?
AUSTRA ⇒ Ni siquiera me planteé que era lesbiana hasta el final de mi adolescencia. Así que hasta entonces la música estaba en un compartimento separado. Me movía en el mundo de la música clásica, de la ópera, que era superhetero, así que desde luego sí era consciente de que no me identificaba en absoluto con él. Es una de las razones por las que dejé la carrera de música. Daba recitales y me obligaban a ponerme unos vestidos de fiesta para cantar que no tenían nada que ver con quien yo era. Por eso empecé a crear mi propia música.
¿Cómo fue su salida del armario? ¿Cómo incorpora el activismo a su música? ¿De qué icono almodovariano se ha hecho fan? Pasa página
SHANGAY ⇒ ¿Es cierto que para ti fue sencillo dar el paso de salir del armario?
AUSTRA ⇒ Así es, supersencillo. Mis padres lo aceptaron sin problema, y como estudié en institutos de rollo alternativo en Toronto me movía entre muchos gays. Era algo que estaba muy presente en mi vida, así que nunca tuve miedo de lo que la gente pudiera pensar. Cuando empecé en la música era un tema que sacaba continuamente en mis conversaciones, y me di cuenta de que a mucha gente le echaba para atrás que fuera tan abierta [risas].
SHANGAY ⇒ ¿Ha estado tan presente la conversación LGTB en tu carrera por una cuestión reivindicativa también?
AUSTRA ⇒ Al principio lo hacía en mi propio beneficio. Quería que viniese gente queer a mis conciertos, y pensaba que como de primeras no parecía la típica lesbiana, tenía que hacer saber que lo era para que se animasen [risas]. No me daba ningún miedo que me pusieran la etiqueta queer, porque desde el principio pensé que nuestra música no es fácil de etiquetar.
SHANGAY ⇒ ¿Por qué crees que el activismo LGTB se ha vuelto tan político de nuevo?
AUSTRA ⇒ Son ciclos. Crecí durante una explosión del neoliberalismo, una época en la que nos hacían creer que vivíamos en un mundo feliz, que todos los políticos eran progresistas y participaban en los desfiles del Orgullo encantados. Poco a poco me di cuenta de la auténtica trastienda: que se recortaban las ayudas, que se nos iban limitando ciertos derechos… Ni siquiera Obama era lo que parecía. Los de mi generación lo tenemos todo muy complicado y nos hemos visto obligados a reaccionar. Porque encima ha aparecido Trump…
“Es maravilloso que se hable de pansexualidad y de fluidez de género con absoluta normalidad”
SHANGAY ⇒ Cada vez hay más artistas queer que dan la cara. ¿Lo ves necesario?
AUSTRA ⇒ Sí. Es maravilloso. Como lo es que gente más joven tenga una mentalidad mucho más abierta que la de mi generación, los que acabamos de cumplir los 30. Se habla de pansexualidad y de fluidez de género con absoluta normalidad, es genial. Y tiene mucho que ver con la visibilidad; Kristen Stewart es homosexual, muchos artistas que lo son lo dicen… Eso contribuye a que se intente ir cada vez más allá; ser abiertamente gay ya no es algo revolucionario. Es momento de ampliar nuestras fronteras, de que el activismo trans, por ejemplo, cobre mayor protagonismo, de que sigamos intentando evolucionar.
SHANGAY ⇒ ¿Por qué ha cobrado tanto protagonismo la fluidez de género?
AUSTRA ⇒ Nunca he creído en dos géneros cerrados, no es una cuestión de blanco y negro. Todos nos movemos en un espectro abierto, y es una pena que nos hayan intentado hacer creer que los géneros están limitados. Me encanta ver cada vez más a gente que se expresa de un modo más personal, que los jóvenes ya no tienen ese concepto cerrado de hombre y mujer.
SHANGAY ⇒ ¿Te gustaría ser madre?
AUSTRA ⇒ Quizá. No tengo un gran instinto maternal. Hace cinco años es algo que jamás me habría planteado, pero ahora no estoy cerrada a la posibilidad de adoptar en un futuro.
“Mi ídolo más reciente es Chavela Vargas, ¡una mujer increíble!”
SHANGAY ⇒ ¿Qué artistas queer te han inspirado a ti?
AUSTRA ⇒ En la adolescencia era muy fan de Beth Ditto, Peaches o Sleater-Kinney. Mi ídolo más reciente es Chavela Vargas. La descubrí en México, es una mujer increíble que me tiene fascinada, ¡menuda personalidad! Me habría encantado conocerla y verla en directo.
SHANGAY ⇒ ¿Qué sentiste cuando empezaste a ver que tenías fans que iban a tus conciertos y deseaban conocerte?
AUSTRA ⇒ Fue cuando salió mi primer disco y tocamos en Berlín. Se agotaron las entradas y vinieron ochocientas personas. Era uno de nuestros primeros conciertos en Europa tras haber publicado el álbum, y estábamos aterrorizados. En mi anterior visita a Berlín había tocado como para treinta personas… Ahí me di cuenta de que lo que estaba pasando era real.
SHANGAY ⇒ ¿Buscas transmitir también un mensaje feminista a todos esos fans que te escuchan?
AUSTRA ⇒ No necesito hacer ningún esfuerzo en ese sentido. La mera existencia del grupo es un alegato feminista. Si veo que hay muchos hombres heteros entre el público pienso “qué guay, es buena señal” [risas].
EL ÁLBUM FUTURE POLITICS DE AUSTRA ESTÁ EDITADO POR DOMINO/MUSIC AS USUAL. AUSTRA ACTÚAN EL 30 DE OCTUBRE EN MADRID (SALA GALILEO GALILEI), DENTRO DEL FESTIVAL MAM 17.