Un joven checheno, que no se atreve a dar su nombre, ha denunciado las atrocidades que se cometen en la república federada rusa contra la comunidad gay. Sufrió palizas, humillaciones y torturas diarias.
A él lo arrestaron porque vieron su número de teléfono en el móvil de otro detenido homosexual. Vivió en un infierno durante dos semanas por el simple hecho de ser gay. “Nos apaleaban varias veces al día, con tuberías y a patadas, no nos daban de comer, nos escupían a la cara. Tras días con las heridas abiertas, la gente empezaba a oler a carne podrida”, relata la víctima.
Este es uno de los supervivientes de la purga gay que pretende acabar con todos los homosexuales de la república antes de que comience el Ramadán, algo que anunció el presidente de Chechenia, Ramzan Kadyrov, hace unos días. La víctima ha explicado las prácticas que realizaron contra él para que delatara a otros homosexuales o activistas: “Querías quedarte inconsciente, para que te dejaran en paz; pero no, te electrocutaban 20-30 segundos. Te desvanecías, paraban, te recuperabas… y vuelta a empezar”.
Tras darse a conocer los crímenes que se están cometiendo, la canciller alemana, Angela Merkel, le ha recordado al máximo líder ruso, Vladímir Putin, que debe proteger los derechos de las minorías en todas y cada una de sus repúblicas federadas. “Recibimos informaciones muy negativas sobre lo que sucede con los homosexuales en Chechenia y le pedí a Putin que ejerza su influencia para asegurar los derechos de las minorías”, comunicó Merkel en una rueda de prensa este martes.