Alberto Velasco, que acaba de recibir el premio al Mejor actor de reparto en el Festival de Cine y TV Reino de León por la serie Vis a Vis, nos lo dijo muy clarito en su día: “Me gustan mis carnes”. Y lo ha querido evidenciar en su participación en el ciclo Desembarco de la danza, que se desarrolla en el El Pavón Teatro Kamikaze, con el espectáculo La inopia. Coreografías para un bailarín de 120 kg.
En tres únicas funciones, del 15 al 17 de mayo, Velasco ofrece un rotundo one man show con coreografías de Sol Picó, Chevi Muraday, Daniel Abreu, Carlota Ferrer, Vero Cendoya y Carmelo Segura, y textos de Sonia Barba. Toda una declaración de amor al baile, aunque para él representa mucho más. Hemos querido que nos lo explique, y estos cinco puntos representan, en sus propias palabras, lo que supone La inopia para él. Cinco razones para animarte a que no te lo pierdas.
1. “La inopia es un homenaje a la danza. A pesar de no estar dentro de los cánones tradicionales, la danza me ha dado el refugio, el abrazo y la luz que la sociedad me negó por esa misma razón. Esta es una pieza que recoge, en un solo cuerpo, seis coreografías de seis creadores a los que admiro y en los que he descubierto razones por las que merece la pena seguir adelante”.
2. “Esta obra es también un homenaje a la belleza. A la belleza de todos y para todos, a lo que cada uno entienda por belleza. Porque hay belleza en absolutamente todos los sitios”.
3. “La inopia es, además, un homenaje a los inconscientes. Porque la inconsciencia a veces nos ayuda a lanzarnos al vacío. Como le pasa a los abejorros: la ciencia dicen que no pueden volar, porque sus alas son demasiado pequeñas para sostenerles, pero ellos no lo saben… y vuelan. Yo no soy consciente de mi peso, nunca lo he sido, y por eso vuelo, por eso bailo”.
“A pesar de no estar dentro de los cánones tradicionales, la danza me ha dado el refugio, el abrazo y la luz que la sociedad me negó por esa misma razón”
4. “Este espectáculo es también un tributo a la capacidad de ilusionarse. ‘La inopia, ciudad de vacaciones’. Ese lugar en el que te abstraes del tiempo, recuperas la capacidad de ilusionarte, tomas el vagón de la incoherencia y, mágicamente, conectas con tu mundo. Un lugar en el que estás a solas contigo y realizas todos tus sueños, uno por uno. Estando en la inopia en el metro te enamoras hasta que te bajas del vagón, en la calle te pierdes en las líneas del asfalto, caminas dentro de los semáforos… hasta que te despiertan de un chasquido y sigues con la realidad”.
5. “La inopia es un homenaje al niño que por primera vez quiso pertenecer al escenario. La primera vez que sentí atracción por la escena fue quedándome en la inopia mirando una orquesta en las fiestas del pueblo en verano. Sobre cuatro tablones brillaba ‘Broadway’, y sentí que pertenecía a ese mundo de coristas, coreografías, lentejuelas, focos, furgonetas y un público ilusionado”.
LA INOPIA. COREOGRAFÍAS PARA UN BAILARÍN DE 120 KG. SE REPRESENTA HASTA EL 17 DE MAYO EN EL PAVÓN TEATRO KAMIKAZE DE MADRID, DENTRO DEL CICLO DESEMBARCO DE LA DANZA.