‘Déjame salir’, una aterradora sorpresa en la cartelera

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El terror no deja de reinventarse. Cuando creías que ninguna cinta conseguiría hacerte subir los pies al asiento en la butaca de la sala de cine, llega el humorista convertido en director y guionista Jordan Peele y lo logra sobradamente con su ópera prima. Sin grandes estrellas de Hollywood que sirvan de aliciente, Peele se ha hecho con el respeto de la crítica y ha creado una gran expectación en el público gracias a la buena acogida que han tenido allí donde ya se han visto estos cien minutos de auténtica tensión psicológica.

Lejos de ofrecernos malvados espíritus que poseen niñas inocentes, Déjame salir deja claro que nosotros podemos ser nuestros peores enemigos. Siguiendo la estela de otras cintas del género de bajo presupuesto que han sorprendido, como Green Room, La invitación o No respires, esta también consigue una incómoda atmósfera que invade cada una de las escenas desde el primer minuto; un ingrediente exquisito para los amantes de este tipo de terror, en el que continuamente estás esperando que ocurra lo que parece evidente.

Si por algo destaca la película protagonizada por Daniel Kaluuya (Black Mirror) y Allison Williams (Girls) es por lo que transmite más allá de su argumento. Su discurso puede interpretarse como un reflejo de la actual Norteamérica, de la era post-Obama. Una creativa manera de tratar una ficticia radicalización del racismo que resulta más perturbadora que cualquier asesino en serie.

Tras su estreno en Estados Unidos, donde ha conseguido ser número uno en taquilla –ha recaudado más de ciento once millones de dólares– y ha sido todo un fenómeno social, la sorprendente Déjame salir ha dado un golpe sobre la mesa para reivindicar que el buen cine de género puede tener también un interesante trasfondo político y social, y que la originalidad, la audacia y unas buenas interpretaciones son pilares básicos para cualquier historia de terror.

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