“Le doy la espalda a cualquier muestra de tristeza, melancolía o decepción, felicidad o tentación, todo podría ir a peor…”. Esa letra de sus queridos Fangoria era el modus vivendi de David Delfín, hasta que una larga enfermedad ha podido con él. A los 46 años, el cáncer se ha llevado a uno de los diseñadores españoles más influyentes de la última década, asiduo colaborador de, entre otros, Miguel Bosé y Pedro Almodóvar. De hecho, una de sus últimas apariciones fue en la película Julieta, donde hizo un cameo.
Si por algo destacaba Delfín (Ronda, 1970) era por su minimalismo, originalidad y ese punto transgresor donde se sentía como pez en el agua. Las piezas ponibles y funcionales, con destellos urbanos y referencias a iconos tan diversos como Pink Flamingos o Joseph Beuys eran sus señas de identidad. En la Mercedes Fashion Week de la pasada temporada, uno de sus últimos desfiles, invocó a David Bowie para rendirle un sentido homenaje. Pero Davidelfin, nombre de su marca creada en 2001 en colaboración con Gorka y David Postigo, era mucho más.
Mención especial para aquel 2002, fecha de su bautizo mediático, cuando presentó en Cibeles a modelos encapuchadas coincidiendo con la guerra de Afganistán. Lejos de las críticas, comenzarían a llegar los galardones y reconocimientos, como el premio a la mejor colección de un joven diseñador en 2003 por In loving memory en la propia Cibeles.
Desde hace un tiempo vivía apartado de los focos y refugiado en su pareja, Pablo Saez, y en su grupo de amigos. A David siempre se le veía acompañado de Bimba Bosé, para la que el término de musa se le quedaba corto, y que también falleció hace unos meses víctima de la misma enfermedad que él. Tras el duro golpe que supuso la inesperada muerte de Bimba, hoy recibiamos la dolorosa noticia de la muerte del diseñador. Te echaremos mucho de menos, genio.
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