La sociedad argentina se ha movilizado para acabar con la persecución a una mujer lesbiana, Eva Analía de Jesús, Higui. Ha estado 8 meses en prisión preventiva por matar a un hombre que intentó violarla junto a otros nueve, que tenían la intención de ‘curar’ su homosexualidad. Ahora ha sido liberada, el tribunal de apelaciones le ha concedido la excarcelación extraordinaria. Sin embargo, los hombres han estado en todo momento en libertad.
Según declaraciones de Higui, los presuntos violadores pretendían hacerle sentir mujer. La hermana de esta, Azucena Díaz, ha explicado lo que ocurrió: “A ella le bajaron el pantalón y el bóxer, se quiso defender y sacó un cuchillo que llevaba por prevención”.
Ella fue la agredida y, sin embargo, la declaración de uno de sus abusadores la llevó a prisión preventiva, pues declaró ante el juez que la puñalada fue por venganza y no por legítima defensa.
“A ella no le creen que haya sido abusada. Además de sufrir un abuso por parte de este grupo de varones, vuelve a sufrir un abuso por parte de la justicia penal”, ha declarado Magalí Medina, una amiga de la agredida antes de su excarcelación.
A pesar de su puesta en libertad, la desigualdad en el trato judicial en función del sexo es una realidad en Argentina. Un cirujano y un carnicero acabaron de diferente forma: mataron a sus agresores tras sufrir abusos pero nunca fueron a la cárcel. “Cuando se trata de violencia de género, cuando se trata de un ataque lesbofóbico, la justicia decide castigarle a ella, a su legítima defensa”, ha argumentado Magalí.
Muchos colectivos feministas han salido a las calles del país para unirse al grito de “ni una menos”. En 2017 los feminicidios continúan a un ritmo aterrador: cada 25 horas, un hombre mata a una mujer en Argentina.