Ayer se llevó a cabo la clausura de la Conferencia Mundial de Derechos Humanos, enmarcada dentro de la programación del WorldPride 2017, celebrada en la Universidad Autónoma de Madrid. La lectura de la Declaración Madrid Summit puso el broche final a unas jornadas donde varios ex presidentes como Zapatero –impulsor de los derechos LGTB en España– y ex ministras como Johanna Sigurdardottir –primera lesbiana que ha sido jefa de Gobierno del mundo– junto a empresarios, sociólogos, activistas, abogados, etc, aprovecharon para dialogar sobre los derechos LGTB y exigir que estos se cumplan, sobre todo en aquellos países donde la homosexualidad es perseguida o considerada como un delito.
Este acto ha sido definido por los organizadores del WorldPride 2017 como ‘la joya de la corona’ de la programación. El acto fue presentado por Federico Mayor Zaragoza, ex director general de la Unesco, que hizo hincapié en la urgencia de abolir la pena de muerte a la que aún se enfrentan los homosexuales en ocho países del mundo. El manifiesto leído ayer, que ha sido redactado por el Instituto DemosPaz y el Instituto de Derechos Humanos, Democracia, Cultura de Paz y No Violencia junto al Comité Organizador del Madrid Summit, ha recordado la importancia que supone que más de 200 ponentes procedentes de 46 países se hayan encontrado estos días para apoyar la “defensa y promoción de los derechos universales de las personas”. Una manifiesto que vela por todas aquellas personas que han sido “perseguidas, silenciadas, asesinadas por parte de Estados, sociedades o culturas”.
Madrid Summit no se ha olvidado de las generaciones futuras, considerando la infancia un ámbito de “especial vulnerabilidad”, y han apostado asimismo por “avanzar hacia la equidad en la sanidad a través de medidas concretas en la formación, investigación y acceso a modelos sanitarios”.