SHANGAY ⇒ ¿Cuál va a ser su papel en Madrid coincidiendo con la celebración del WorldPride?
ALICE BAH KUHNKE ⇒ Como ministra de Cultura y Democracia soy responsable del colectivo LGTBI, y por eso estoy aquí. Hay gente que cree que vengo a disfrutar, pero el 90% de mi tiempo estará dedicado a reuniones con organizaciones. Es muy importante hacer estas cosas cuando viajo a otros países, y así tener su versión de cómo están otras regiones en materia LGTB. También me gusta ver a las instituciones para dejar claro que hay que seguir avanzando.
SHANGAY ⇒ Suecia recoge esta semana el testigo del EuroPride, que se celebrará el año que viene en Estocolmo y Goteborg. ¿Cómo afronta el país el evento? ¿Qué pretensiones tiene?
ALICE BAH KUHNKE ⇒ Me centraré en que el máximo número de políticos de otros países venga a Suecia, porque aunque hayamos avanzado, no es suficiente. En España y Suecia vamos a la cabeza, pero hay otros lugares, también en Europa, a los que hay que seguir presionando. Y en Suecia también hay que cambiar cosas. Así que el EuroPride en dos de nuestras ciudades será una oportunidad para mí para hacer un mejor trabajo si cabe.
“Hay que dar espezanza a los que sufren”
SHANGAY ⇒ Los países escandinavos, y Suecia en particular, están a la cabeza en materia de derechos para el colectivo LGTB en todo el mundo. ¿Por qué?
ALICE BAH KUHNKE ⇒ Hay muchas razones. Pero la más importante es el trabajo de la RFSL –asoaciación activista equivalente a la FELGTB española–. Si no fuese por ellos, que están encima de los políticos luchando todo el tiempo, no estaríamos aquí. Y lo hacen de forma muy elegante y fuerte, es increíble cómo están organizados. Y también son el principal motivo por el que continuamos avanzando.
SHANGAY ⇒ ¿Cuáles son las principales preocupaciones de Suecia en el apartado LGTB?
ALICE BAH KUHNKE ⇒ Es muy importante reconocer todo lo que falta por conseguir, y en Suecia también. Ahora mismo estamos debatiendo sobre muchos temas, y tenemos elecciones el año que viene. Estoy centrada en que las ‘rainbow families’ (familias homoparentales) tengan los mismos derechos de parentesco automáticos que tienen las parejas heterosexuales cuando tienen un hijo. Y también estoy trabajando para que las personas trans que fueron esterilizadas por una ley antigua obtengan una compensación económica y moral por ello. También estamos modificando la ley de delitos de odio para que abarque a todo el colectivo, y modernizando la ley de género para facilitar el cambio de sexo. Así que imagínate todo lo que hay que hacer…
SHANGAY ⇒ En España venimos observando un repunte de las agresiones homófobas en los últimos años. ¿Cuál cree que es el motivo de las escalofriantes cifras?
ALICE BAH KUHNKE ⇒ En Suecia ocurre igual. Es lamentable pero la homofobia no cesa, y hay muchas razones… La sociedad está más polarizada, han crecido los ambientes de odio y la sociedad democrática tiene que luchar contra ellos para proteger a las víctimas. Por eso también estamos cambiando las leyes, pero hay que hacer mucho más porque resulta inaceptable. Tenemos que tener en cuenta a los líderes religiosos para que no difundan el odio, vigilar la radicalización de la izquierda y la derecha o del yihadismo…, todos los entornos donde el germen pueda crecer.
SHANGAY ⇒ Junto a los episodios de odio han crecido las denuncias en comisaría, un pequeño punto positivo que puede significar que se está perdiendo el miedo a los agresores…
ALICE BAH KUHNKE ⇒ Pero el número de los que no denuncian sigue siendo tan grande… Las víctimas de crímenes de odio no creen que ir a la policía sirva, y entonces no van. Porque además todo eso suele quedar en papel de fumar. Hay más personas que no denuncian que valientes que acuden a comisaría.
SHANGAY ⇒ Algunas personas opinan que la fiesta y la celebración está haciendo que la lucha activista se pierda y el Orgullo deje de tener sentido. ¿Cree que ambas actitudes son complementarias?
ALICE BAH KUHNKE ⇒ Hay gente que me pregunta por qué participo, si ya no es necesario… Y evidentemente sí lo es. Hay que dar esperanza a los que sufren, gritar que ser diferente es genial, porque todos lo somos, y ganar visibilidad. La manifiesta es solo un día, y los otros 364 la lucha continúa con reuniones, protestas, peticiones, denuncias… También necesitamos esa noche de celebrar y salir a la calle, tomarnos un respiro y conseguir la inspiración para volver a la carga.
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