Mariah Carey ha sido objeto de burla durante casi toda su carrera. Según Radar Online, a sus 47 años la cantante ha experimentado una importante subida de peso, y esta semana protagonizó una bochornosa actuación en el Caesars Palace de Las Vegas. Al parecer, Mariah Carey tuvo problemas para moverse durante todo el show y tuvo que recurrir a un transportín para llegar al escenario.
Los medios no dejan de especular. Apuntan que su peso ronda los 120 kg. Aquí un cálculo: si tenemos en cuenta que la cantante mide 1’73, su índice de masa corporal casi alcanzaría la obesidad mórbida. De manera que saltarían las alarmas. ¿No estamos exagerando un poco?
Es cierto que la Carey no cumple con los estándares establecidos por la sociedad, pero ¿hasta qué punto es eso importante en la carrera de un cantante? Ya hemos sido testigos de la tremenda presión que sufren algunos artistas por no cumplir con lo definido como ‘atractivo’ o ‘socialmente aceptado’. Cantantes como Adele han sido objeto de duras críticas hacia su peso y su físico en general, y han tenido que demostrarnos que no es necesario estar delgado/a para poder triunfar si tienes talento.
¿De verdad importa tanto el físico para alguien que se dedica a la música? Dejemos un poco de lado la frivolidad y los prejuicios. El físico no lo es todo. ¿Quién no se acuerda de Susan Boyle en Britain’s Got Talent de 2009? ¿Acaso no dejó a todos boquiabiertos? Esto es solo un ejemplo de que es necesario ver más allá del aspecto físico de alguien, juzgar por el talento y el esfuerzo, más que por la cara bonita.