1. Las sandalias y los calcetines
Aparte del insufrible calor que puedes pasar, sobre todo ahora en verano, los calcetines siempre han sido enemigos de los zapatos abiertos. Estéticamente, hace daño a la vista. No lo intentes, simplemente, no queda bien.
2. El ‘saco tanga’ y ‘penekini’
Aunque pueden ser una buena opción para no tener marcas del bañador, todo el mundo agradecería que no optaras por ellos. Estos atrevidos intentos por adaptar el bañador femenino no son un acierto. Si has cometido el error de comprarte alguno de los dos, un consejo: guárdalo dentro del armario. Muy al fondo.
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3. Zuecos de plástico
Sobra decir que este calzado es aparatoso, poco práctico y visiblemente antiestético. Deja la excusa del calor, hay más opciones: las alpargatas por ejemplo: son transpirables, cómodas y bonitas.
4. El bronceado extremo
Ni es sano para ti ni para la vista. Una piel con un bronceado natural es ideal, pero pasarse es un horror. Hay que cuidarse del sol y concienciarse del daño que le hace a la piel. Protegerse de los rayos solares es imprescindible. Evita el envejecimiento temprano de la piel y no abuses del sol ni de las cabinas de bronceado. Si tampoco tienes tiempo para tomar el sol, hay muchas alternativas de autobronceadores.
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