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El reto que se le presenta a David Lafuente es, como mínimo, apasionante. Atrás queda su éxito adolescente como componente de Auryn, una de las boybands españolas más populares de la última década, y ahora inicia una carrera en solitario con un registro totalmente revolucionario. “He tenido que volver a empezar; los fans de Auryn ya me conocían, pero ahora soy un cantante nuevo con música nueva”. Su evolución hacia ritmos más latinos y tropicales queda plasmada en Acércate, su primer single, donde cuenta con la colaboración del reguetonero Rasel, y que representa esta versión mejorada de sí mismo.“Es un tema muy sexy para bailar y ligar en verano. Tiene toques urbanos, sonidos tropicales y un punto pop para que la gente se divierta y disfrute de la sexualidad abiertamente”.
A pesar de que las altas temperaturas lleven unas semanas instaladas en nuestro país, la velocidad con la que el tema anda escalando las listas de reproducción –40.000 visitas diarias tenía su videoclip en su primera semana en YouTube– le permite presentar candidatura a una de las canciones del verano. “Nunca he estado muy pendiente de esas cosas, no entiendo a partir de qué cantidad se considera un éxito. Pero va bien, todo el mundo me dice que está arrasando para el tiempo que lleva”, explica asombrado.
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Lafuente sigue la estela de otros artistas que han optado por ‘reguetonizarse’ y que demuestra que los ritmos urbanos están experimentando un auge hasta ahora imparable, y que se extiende más allá de los países de habla hispana. No obstante, con su popularización ha crecido la sensación de que en la mayoría de sus letras hay un supuesto componente machista, y Acércate no iba a ser una excepción en este sentido. “No soy para nada machista. He vivido siempre rodeado de mujeres y las amo. Jamás haría una letra machista, aunque es cierto que las letras reguetoneras siempre van hacia lo sexual, y más enfocadas a la mujer. Creo que hay que divertirse más y abrir un poco la mente”, aclara.
Esta evolución no solo se limita a la música. Observamos a un David pletórico, esculpido a base de ejercicio rutinario y cuidados confesables. “Voy al gimnasio casi a diario, y la dieta es superimportante. Siempre intento cuidarla. Tengo que reconocer que soy muy presumido y metrosexual, tengo la casa llena de exfoliantes y mascarillas [risas]. En cuanto al cuerpo, hay algunas zonas que todavía no me he depilado con láser”.
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Además de por su figura, salta a la vista, con cada sonrisa que se le escapa, que Lafuente ha alcanzado un clima de paz donde dar rienda suelta a sus raíces. “En realidad siempre he sido un poquito latino; soy andaluz y lo llevo dentro. Al final era algo que tenía muchas ganas de explotar. Cuando éramos cinco no podía ser yo al cien por cien. Siempre he tenido ese punto más rebelde, llamémosle sexy, quería enfocar mi carrera por ahí y ahora no me veo en otro lugar”, explica.
Sin embargo, no será de los que aprovechen un cambio de etapa para evitar que se le asocie a la época en la que hizo vibrar a toda una generación con Blas, Carlos, Álvaro y Daniel. “Si estoy donde estoy ahora mismo es por Auryn. No entiendo cómo la gente reniega de su pasado. Siempre será mi bandera y la llevaré conmigo a todos los sitios”.
Entre sus próximos objetivos está el de reunir su propio ejército de seguidores, con el deseo de que un público como el gay, siempre dispuesto al baile, mueva las caderas al ritmo que marquen sus rompepistas. “Hasta ahora no he sido un artista con muchos seguidores entre el colectivo LGTB, y me encantaría que eso cambiase, porque es un público entregado y que apoya la música”. Seguro que lo consigue.
Foto miguelangelfernandezphoto.com
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