Según un reciente estudio, la comunidad LGTB es la más afectada por la ‘turismofobia’, un término que alude a la agresividad y el vandalismo contra el desarrollo y las nuevas iniciativas empresariales, una palabra que se ha convertido en protagonista de este verano. Un dato alarmante que, además, contrasta con el que el turismo gay creció en España un 28 por ciento durante 2016.
Esta ‘turismofobia’ se une a los movimientos racistas y xenófobos que ya existían en ciertos sectores de la población. Los conflictos debidos a esta homofobia encubierta son en la mayoría de los casos en zonas de ciudades grandes de España que están catalogadas como gay-friendly.
El barrio de Chueca, por ejemplo, ha sido testigo de numerosas agresiones homófobas cuyo número ha crecido peligrosamente este verano, muchas de ellas camufladas entre los ya tristemente habituales ataques a turistas en los que palabras como “maricón” aparecen (lamentablemente) demasiado a menudo.