Bajo relieve sumerio que representa a Enkidu y Gilgamesh
Como ya comentábamos en nuestro primer acercamiento a la historia de la homosexualidad en el que analizábamos la Prehistoria, socialmente, a lo largo de historia hemos bebido de la tradición dominante de cada periodo, lo cual en Occidente supone unos estándares marcados por la cultura judeocristiana, pero ¿qué ocurre antes de esa tradición y estándares? ¿cómo se relacionaba en el aspecto sexual, y más concretamente en el homosexual el ser humano mesopotámico?
En primer lugar, cabe apuntar la existencia de diferencias en la cultura mesopotámica según la civilización y región, “Mesopotamia” como tal no es más que un término moderno usado para agrupar y describir un conjunto de pueblos que, aunque compartan en líneas generales un desarrollo similar, tienen también diferencias en ciertos aspectos. Este tema en concreto es uno de ellos, por lo que nos centraremos en analizar civilización por civilización aquellas más relevantes.
Tablillas sumerias de Shumma Alu
Si nos trasladamos más de 5000 años atrás, a Sumeria, la primera civilización, encontramos evidencias de no solo la existencia, sino también la aceptación general de la homosexualidad. En algunos de los escritos de la época encontrados se habla de la figura del assinu, sacerdotes-cantores de la época mesopotámica que según se asegura habrían sido homosexuales. La traducción literal de assinu sería ni más ni menos que “hombre útero” y el término era usado para referirse a aquellos hombres adultos de buena posición social y tendencias homosexuales. En los presagios sumerios de Shumma Alu se llega incluso a asegurar que “si un hombre mantiene relaciones sexuales con un assinu quedará libre de desgracias”,lo cual nos lleva a deducir que el término tenía connotaciones positivas.
Por otra parte, también en Sumeria, encontramos el Poema de Gilgamesh, epopeya que cuenta las leyendas y relatos de la época sobre Gilgamesh de Uruk, rey tirano que gobernó después del Diluvio Universal. Fue este carácter tiránico lo que desató la ira de los dioses, que decidieron castigarle enviándole en su contra a Enkidu, hombre nacido del barro con el que, después de vencerle en batalla, entablará la que algunos califican de ‘cercana amistad’, y muchos otros el primer gran amor gay de la historia.
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Relieve babilónico del 1.800 a.C
En Babilonia (civilización mesopotámica datada entre el 2100 a.C y el 560 a.C) la homosexualidad también estaba a la orden del día como algo común y no estaba condenada. Hay constancia además de las prácticas homosexuales de la gran mayoría de los sacerdotes de Ishtar (diosa babilónica del amor, belleza y sexualidad) que participaban travestidos en ritos y bailes. Sin embargo, en Babilonia la prostitución masculina (a excepción de sagrada) no estaba bien vista.
Pero en el vecino Primer Imperio Asirio (1813 -1780 a. C) las cosas eran muy distintas, la homosexualidad masculina no estaba permitida ni tolerada. Y en el mismísimo Codigo Hammurabi se llega a afirmar «Si un hombre ha yacido con su amigo y se prueban los cargos y se le encuentra culpable será castigado convirtiéndole en eunuco», es decir, será castrado. Sin embargo, el lesbianismo si que parece estar aceptado, en el Código Hammurabi se califica a las lesbianas de salzikrum o hijas-varón y se les da derechos de herencia y propiedad semejantes a los que los varones poseían, además de que se les da la facultad de tomar una o varias esposas.
Bajo relieve sumerio que representa a Enkidu y Gilgamesh
En definitiva, si algo nos queda claro es que el «debate de la homosexualidad» no es ni mucho menos una «moda posmoderna», como muchos afirman, sino que a lo largo de la historia ha estado presente en las sociedades y culturas, aunque siempre sujeto e incluso censurado por los estándares de cada momento y tradición.