Sálvame volvió, una vez más, a sembrar la polémica. En esta ocasión con el ‘caso Aitor Trigos’, tras confesar este que tuvo que ejercer la prostitución con hombres para resolver sus problemas económicos. Entre los nombres de posibles clientes que se barajaron en el programa se habló de un “famoso presentador”, cuyo nombre comenzaba por J, y que “podría ser compuesto”, y también de un famoso vidente. Poco después, José Manuel Parada se dio por aludido y, desde Marruecos, donde estaba de vacaciones, respondió contundente con este tuit que vemos arriba.
Aitor Trigos confiesa haberse prostituido con hombres para comer
Todo surgió cuando un amigo de Aitor Trigos, Daniel Vallejo, acudió a Sálvame Diario y dio las iniciales de algunos de esos suspuestos clientes. Había una J entre ellas: “J me explicó que Aitor Trigos era muy gratificante. Que físicamente estaba muy bueno y que tenía unos muslos torneados. Me dijo que estaba muy bien dotado y que le hacía sentir una señora”, dijo Vallejo ante las cámaras del programa de Telecinco. “No inventes sobre mí, peazo de sinvergüenza. Si quieres ganar dinero cuenta tus escándalos y los de tu familia y déjame en paz”, respondió en un tuit el ex presentador de Cine de Barrio. “Muy feliz y tranquilo sin meterme en la vida de nadie. Dejarme en paz, peazo de sinvergüenzas y especular con vuestra intimidad, mucha basura”, escribió en otro.
Como hemos dicho, José Manuel Parada se encontraba de vacaciones en Marruecos y siguió colgando en las redes sociales fotos de su viaje, que quiso compartir con sus seguidores.
Aitor Trigos contó en Sálvame que tuvo que prostituirse con hombres, sigue leyendo
“La primera vez fue horrible, sobre todo los primeros 5 minutos. A pesar de que el chico era joven, lo pasé muy mal”, contó Aitor Trigo en su primera visita a Sábado Deluxe. Días antes ya había desvelado los primeros detalles de su dramático coqueteo con el mundo de la prostitución gay en Sálvame diario.
“Un chico me dijo que nos fuéramos a Barcelona, no tenía ni para comer. Al final me fui a Barcelona y allí nos pusimos a ejercer la prostitución desde la base, buscando clientes a través de páginas en Internet”, explicó el comunicador que, incluso, relató alguno de los dramas vividos: “En Bruselas, un cliente que odiaba a los chaperos me dejó tirado en una cuneta”.
Sus precarios inicios como escort dieron paso a momentos de mayor prosperidad, según él mismo explicó, donde “cobraba 50 euros por un trabajo rápido”. Es más, le llegaron a contratar “en casas de jeques en París” en las que ha cobrado entre 4000 y 5000 euros por cuatro o cinco horas de trabajo, aunque allí su precio por servicio rondaba los 200 euros. “Con ese dinero pagaba mis deudas”.
Admite que en su cartera de clientes ha llegado a tener a compañeros de profesión, incluso “gente muy importante dentro de la religión y un director de un banco muy importante”.