Desde que Donald Trump ascendió a la presidencia de los Estados Unidos, su relación con la comunidad LGTB cada día es más tensa. La administración Trump vulnera los derechos de los homosexuales, y son muchos norteamericanos los que muestran su descontento con las decisiones que se están tomando.
Algunos de los principales motivos de estos enfados son la prohibición a los transexuales de acceder al ejército o la anulación de la ley que prohibía la discriminación por identidad sexual, aprobada en la anterior legislatura por el presidente Obama.
Según informa La Vanguardia, ahora parece que el gobierno de Trump quiere ir mucho más allá, pues se ha propuesto ante un tribunal federal la posibilidad de que los empresarios puedan despedir a sus empleados por ser gays o lesbianas. No es la primera vez que este tema sale a relucir, ya que en 2010 la empresa Altitude Express despidió a un empleado por ser gay. No es que la justicia no hiciese nada, sino que le dio la razón a la empresa argumentando que la Ley de los Derechos Civiles protege a los trabajadores de la discriminación por sexo, religión, origen y raza, pero no se contempla la orientación sexual.
Bajo este argumento es cómo pretende actuar el Departamento de Justicia, separando el sexo de la orientación sexual para que así se pueda despedir a los empleados de cualquier empresa por este último motivo. La Comisión por la Igualdad de Oportunidades en el Empleo (EEOC) ha manifestado que esta ley considera la no discriminación por los estereotipos sexuales, por lo que la orientación sexual se encuentra implícita en este artículo.
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