Fran Coem (‘Tu cara me suena’): “Sufrí bullying en el instituto”

Temas: Baile, Desnudos, Homofobia, Televisión, Tu cara me suena, YouTube

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Antes había formado parte del ballet de otros espectáculos televisivos como los premios Neox Fan Awards o la Gala de Nochevieja de TVE, pero la de Tu Cara Me Suena está siendo una oportunidad ‘inimitable’… “Es muy fuerte porque es uno de los programas que más éxito tiene ahora”, cuenta Fran Coem con los ojos chispeantes y la sonrisa pegada a la cara. “Cuando al día siguiente vemos el indice de audiencia y comprobamos que es líder de la noche es una emoción muy grande”, explica el bailarín malagueño que admite sentir cada buen dato del programa como propio. No es para menos porque en TCMS el cuerpo de baile tiene una función imprescindible, podría decirse que es prácticamente un concursante más. “En España hubo una época en la que no querían bailarines en ningún programa. Pero en TCMS siempre hemos sido un factor importante. Nos dan mucho papel”. Sin embargo, ellos son solo uno de los ingredientes de la fórmula magistral del talent con celebrities de Antena 3; Fran tiene claro cuál es el mayor puntal del show: “Sobre todo tiene mucho humor y eso gusta a cualquiera. Reúne a toda la familia a gente de todas las edades”.

También al público LGTB, que ha conectado especialmente con el tono “tan liberal, natural y espontáneo” de TCMS. Un espíritu muy afín al travestismo. “Nos toca a todos. No hay tabúes ni pudor de hacer nada. Da igual qué tengas que ponerte, cómo tengas que vestirte o a quién tengas que imitar. Estamos haciendo arte y música”. Recuerda con especial cariño una actuación en la  que Silvia Abril se travistió de Miguel Bosé para cantar Don Diablo. “Íbamos vestidos de angelitos. Está en mi top de actuaciones donde mejor lo he pasado”.

Además, un concurso así de tolerante y solidario, en el que el premio de cada gala va destinado a la ONG que decida el ganador, no podía olvidarse de apoyar causas LGTB. Mención especial tienen los quince mil euros que Yolanda Ramos donó a Chrysallis, la Asociación de Familias de Menores Transexuales, cuando Blas Cantó decidió compartir con ella la mitad de su premio como ganador de la quinta edición. “Estábamos en el camerino viéndolo mientras se emitía en directo y todos nos levantamos a aplaudir y a gritar. No podía haberlo hecho mejor”.

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“El travestismo nos toca a todos”

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La sexta edición de TCMS –la tercera en la que participa Fran– acaba de empezar imponiéndose como líder de la noche de los viernes. Tal vez lo haya vuelto a lograr porque, como dice el bailarín, “los concursantes son muy buenos. La gente no se esperaba un casting tan increíble y talentoso”. Del nuevo elenco destaca a la actriz Lucía Gil (My Camp Rock, Yo quisiera) y al cantante Fran Dieli (OT4, Supersingles), sus preferidos por el momento. Sin embargo, de entre los miembros del jurado no se moja. “Son tal cual los ves en el programa: Àngel Llàcer es una risa, Chenoa es supercercana, Lolita es como nuestra madre o nuestra abuela, siempre está cuidando de todos, y Carlos Latre es un cachondo”.

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Sobre la polémica autobiografía de Chenoa, Defectos Perfectos, admite que se está “muriendo por leerla. Ya me han dicho que lo cuenta todo sobre Bisbal, sin pelos en la lengua”. Y no duda en qué bando se posiciona: “Soy más chenoísta”.

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A la que siente por el baile se le une su pasión por cantar. “Sacar un disco es mi meta. Me encantaría un rollo Years & Years o Sam Smith”. No descartaría participar en Eurovisión o en un reality que le sirviera como trampolín. “Mi sueño es entrar en OT desde que tengo uso de razón, desde que empezó. Me gustaría, pero sé que es un arma de doble filo…”. Competir en TCMS le daría más respeto. “No imito a nadie”, aunque confiesa que en la intimidad ha probado con las voces de Shakira, Nino Bravo o Rosana, y no se le han dado del todo mal. Consciente de lo complicado que es triunfar en el actual mercado musical, no va a dejar de “luchar y ser constante”, las únicas armas que conoce para conseguirlo. Tal vez pronto le veamos brillar como Dua Lipa o Rosalía, dos de las jóvenes artistas que más escucha; o como la diva consagrada que más le inspira, Katy Perry. “De pequeño también escuchaba mucho a Christina Aguilera, crecí con Beyoncé. Pero sí que es verdad que Katy Perry es una de las que más me han marcado. Y mira que no tiene una voz increíble, pero tiene mucho que otras no tienen”.

Mientras llega ese momento en que los mass media le presten su atención, ha encontrado en YouTube una plataforma perfecta para mostrar su trabajo. “En mi vlog incluyo de todo, pero quiero ser un poco más musical, rollo covers, baile… y sobre el mundo de la farándula, que es lo mío”.  Sus vídeos cuentan con miles de visualizaciones, la versión en español del tema Another Say of Sun de la película La La Land roza los 400k.

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“Como influencer puedes visibilizar los problemas del colectivo LGTB”

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En su perfil también ha sucumbido a la moda de los challenges, como en el que hace posturas de yoga imposibles con una amiga –“un poco más y me deja estéril para toda la vida”– o como en el que convierte a una gallega en flamenca.

Pese a que Fran no es un influencer al uso, intercede por los que han convertido su presencia en redes sociales en su modo de vida porque “los tiempos cambian y todo va avanzando”. No quiere meter a todos estos ciberprescriptores en el mismo saco. “Hay muchos tipos de influencers. No se les debería criticar tanto porque la gente les sigue por lo que ellos muestran”. Además, entiende que pueden usar su posición para ayudar, también al colectivo LGTB. “Si en tu mano tienes la posibilidad de visibilizar los problemas de nuestro colectivo, siempre será bueno hacerlo”.

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Sin embargo, el reciente suicido de la joven influencer Celia Fuentes, cuya vida estaba lejos de ser tan idílica como aparentaban sus publicaciones de Instagram, ha dejado al descubierto la cara menos amable del universo influencer. “Nos pasa a todos muchísimas veces. Estas como el culo pero tienes que grabar contenido. No es mentir es, entrecomillas, tu trabajo”. La auto exigencia por querer dar lo mejor a los followers parece un factor determinante. “A veces pasa que si estas malo y no subes vídeo, algunos se mosquean. Pero si luego subes vídeo estando mal te llaman falso”.

Esta faceta como artista que tantas alegrías le ha dado, también marcó uno de los capítulos más oscuros de su adolescencia. “Sufrí bullying en el instituto, siempre estaba en el punto de mira”. Le insultaban porque “llevaba gafas, aparato y solo tenía amigas. Aparte cantaba y bailaba, llevaba el pack completo”. Aunque siempre se preguntaba por qué era el único de sus compañeros con el que se metían, “nunca paré de hacer lo que quería”. Eso es lo que le gustaría transmitir a chavales que estén siendo víctimas de una situación parecida. “Que sean fuertes, que se apoyen en la gente que les quiere de verdad. Solo es una racha y el tiempo pone a cada uno en su lugar”. Eso sí, en cuanto cumplió los dieciocho años se fue de Estepona a Madrid porque allí se sentía “como en un agujero del cual quería salir”, y empezó una nueva vida en la capital “sin vergüenza ni problemas de hacer lo que me diera la gana”. Pese a todo, sigue apreciando y echando de menos su pueblo. Vuelve a sacar su talante positivo. “Mucha gente que se metía conmigo en ese momento me ha pedido disculpas conforme han pasado los años”.

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“Me sentía en un agujero del cual quería salir”

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Lejos de las burlas de su infancia, Fran se ha convertido en un talentoso y atractivo cisne. Con solo 25 años ya cuenta con sus propios secretos de belleza. A saber: una dieta equilibrada –“Hace un par de años que cuido la alimentación, sobre todo comer sano. Aunque tomar alguna guarrería de vez en cuando no está nada mal”–, ejercicio diario y cuidados estéticos básicos –“Me hago el láser porque soy bastante peludo, mis pelos son tan negros que prefiero eliminarlos. Me hago láser y con la maquinilla voy recortando. La barba igual, siempre bien arregladita. Uso algún que otro make up para salir a la calle, tapar ojerillas y algunos polvos para estar mejor de cara”. Su premisa salta a la vista, estar “sano entero. Por dentro y por fuera”.